La aglomeración que había en el Aeropuerto internacional Narita, era lo habitual día a día. Tanto familias, cómo parejas esperaban su vuelo hacia el destino que habían designado. Tampoco olvidemos a aquellas personas de negocios que por circunstancias de su trabajo, hacen de este lugar como su segundo hogar.
No existía una fecha prederteminada para establecer alguna relación comercial, ni muchos menos el país donde va a desarrollarse.
—Lo lamento mucho señor, no creí que el vuelo se retrasaría cinco horas... Entiendo, siento que tenga que postergar la conferencia, aún así gracias por comprender. Nos vemos en Alemania.
Una mujer de cabellos castaños y ojos del mismo color era parte del gentío. Llamó a su jefe como es de esperarse, informándole de la situación que lamentablemente toca pasar.
Con impaciencia, la señorita esperaba su maleta junto con otras, pues el personal hizo el check in correspondiente a las normas establecidas. Sabía que tenia tiempo de sobra, pero ella no le es fácil calmarse en momentos donde las cosas no salen como uno se lo espera.
Poco prestaba atención a su alrededor, mal hecho porque ni tendrá idea de lo que va a suceder. Dio un sorbo al mocachino de máquina para tranquilizar sus nervios.
Daba pequeñas pisadas con su pie derecho mientras que los demás la observaban como un monstruo. Esa mujer debía aprender a controlar su comportamiento cuando se está sometida a exceso de estrés.
—Ahí esta! — Exclamó mientras iba tras su equipaje y como un rayo, registró dicha pertenencia a su nombre.
Un poco mas tranquila, fue a la sala de espera, pues requería de relajación antes que llegue su vuelo. Se puso a husmear su celular con esperanzas de hallar nuevas notificaciones, pero sólo eran mensajes leídos de negocios, típico de alguien que ama su trabajo.
Observando mas a profundidad, se percató de que nuevamente su pretendiente volvió a escribirle. Con desdén se puso a leerlo.
"Querida Mutsu. Espero estés teniendo un buen viaje. No veo el día en el que regreses. Éxitos en tu nuevo proyecto, se que cumplirás tus metas.
Atte: *inserta el chico que se te venga en mente :v*
PD.: Usa con responsabilidad el candado de tu maleta, es un preciado regalo."
Es un poco atosigante, pero la mujer admite que fue muy delicado de su parte el desearle lo mejor en este trayecto.
Apagó el celular para después volver a pedir otra bebida con cafeína. De modo que agarró su maleta para ir a la cafetería.
Salvo un pequeño aspecto que la hizo detenerse.
—Eh?— Dijo confundida — Recuerdo que mi equipaje no era tan pesado...
Posicionó la maleta para tener una mejor vista de ella, pero no encontraba diferencia alguna, por unos segundos. Consecuente a la acción realizada, analizó el candado...
No era el mismo.
—Mierda! Este candado no es el que me regaló ese idiota!— Exasperó Mutsu. — Debo encontrarlo!
Con equipaje en mano, quiso tomar rumbo nuevamente al check in, pero sus habilidades de sentido orientativo no la auxiliaban, pues carecía del camino que debía escoger para llegar a su destino.
Y para su mala suerte, los policías no se hallaban en ninguna parte. ¿Que clase de aeropuerto era este?
Sus piernas desconocían el término de descanso, ya que estas iban a una velocidad que superaba al mismísimo Bolt. Dicha mujer de linda cara, posee un buen estado físico, eso no lo discute nadie.