Capitulo unico

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Beta: xXxXxCrimsonDreamsxXxXx

Capitulo único:

La historia comienza, en una pequeña casa en el próspero pueblo de Egipto, habían pasado varios años desde la muerte del padre de Seto. En una de las guerras en las que él luchaba, defendiendo al reino, no pudo regresar, dejándole un regalo a su madre, otro hijo producto de su amor que sería eterno, llamado Mokuba. Después su madre volvió a casarse con un hombre, Gozaburo Kaiba que tenía sus propios hijos de un matrimonio anterior, Jounouchi y Honda

Seto no los quería, por su madre intentaba llevarse bien con ellos, pero cuando ella murió, todo cambió. Para no quedarse sin techo, los aceptó; Seto se encargaba de todos los trabajos pesados, mover costales, limpiar, cocinar, sembrar, sacudir siempre y cuando Mokuba lleve una vida digna, cosa que a Gozaburo no le importó, y lo trataban muy mal.

Así pasaron los años...

- Hermano, hermano... - Mokuba movía a Seto, quien se había quedado despierto hasta tarde por arreglar sus ropas para la escuela, el castaño se levantó, besó la mejilla de su hermano y fue a asearse para preparar el desayuno, así para cuando sus hermanastros y padrastro estuvieran levantados, no se enojarán con él. No le importaba hacer esto mientras a su hermano no le faltara nada.

Por otro lado, en el palacio real, el rey Aknamkamon recibía quejas del comportamiento de su hijo mayor por parte de sus tutores, a diferencia del menor que era más comprometido.

-¿Por qué no obedeces? Tú eres el heredero al trono. Parece que Yugi está más interesado que tú. - El rey no dejaba de regañar a su hijo Atem.

- Lo siento, papa, pero tengo 16 años y me gustaría ser como los demás. Poder salir y conocer el mundo. - dijo Atem mirando con anhelo hacia la ventana.

- Pero no eres como los demás, así que no quiero quejas de tus tutores o te castigaré. -dijo el rey. Atem buscó a Yugi, quien estaba en su cuarto leyendo un libro. La puerta se abrió y Yugi vio a entrar a su hermano con sonrisa triste. - ¿Te volvieron a regañar? - Preguntó Yugi, bajando el libro para mirarlo mejor.

- Algo así, pero no te preocupes. - Respondió Atem, revolviéndole sus cabellos con cariño.

Volteó a ver a la ventana nuevamente, aunque fuese una vez saldría del palacio sin guardias para así conocer el mundo.

Se acostó junto a su hermano.

Mokuba estaba en la escuela, a Seto no le importaba no asistir a clases, sí con su trabajo ayudaba a darle una buena vida a su hermano.

Un pequeño gato, a veces iba a la casa, él y Mokuba le daban de comer y de beber sin que su padrastro se enterara.

- Tú y mi hermano son mis únicos amigos. - Acarició su cabeza mientras le daba agua, escuchó a su padrastro gritar su nombre mientras iba a la sala a verlo.

- ¿Qué desea, señor? - Preguntó Seto.

-Ve por pan y agua al rio. Pobre de ti si te quedas con el cambio. - Dijo Gozaburo dándole unas monedas a Seto, quien asintió y fue primero a traer el pan.

El calor era agotador, nada raro en esa región. Mientras caminaba veía el palacio en todo su esplendor ¿Qué se sentiría vivir ahí? Nunca había visto a los príncipes, pero eran afortunados, él lo había sido hasta que su madre conoció a ese señor.

Llegó a donde venden el pan, la dueña ya lo conocía, su hija, Kisara, hizo una buena amistad con el muchacho.

- Hola Seto, ya tengo tu encargo. - La dueña le entrego el pan en una canasta y aparte le entrego un bolillo relleno de cajeta.

Hazme creer en el amor Donde viven las historias. Descúbrelo ahora