Realmente sabes hacerme llorar con esos ojos oceánicos.
La mañana era fresca, la ausencia del sol y el viento eran la causa. Todo era silencio en la habitación de colores claros que apenas comenzaba a revelar de la oscuridad a un rubio profundamente dormido. La puerta de la habitación se abrió dejando ver a otro chico de cabello negro y ojos del mismo color, vio como el somnoliento rubio se removía en las sábanas y caminó hacía a él para recostarse a su lado. Lo observó minuciosamente y le retiró unos cuantos mechones dorados de la frente. Su sonrisa cada que veía a ese chico era indescriptible, era algo que necesitabas sentir para entenderlo. Suspiró masajeando la suave piel que semejaba el terciopelo, le encantaba como se sentía y le encantaba que solo él tuviera la dicha de sentir tal belleza.
—¿Yoongi?—masculló el rubio cuando se percató de la presencia de alguien junto a él.
—Traje el almuerzo para ti—avisó sin dejar de masajear su tersa piel. —Levántate ahora dormilón—ordenó con una sonrisa cálida.
El rubio talló sus ojos y dio un ligero bostezo para levántarse cuidadosamente y caminar entre tropiezos a la cocina, con sus manos daba un recorrido por las paredes hasta que llegó a la barra y tomó asiento.
—¿Qué haces aquí tan temprano?—preguntó con su suave voz oyendo los platos y cubiertos chocar. —Debiste haberte levantado muy temprano para venir hasta acá.
Y en efecto Min Yoongi tuvo que levantarse a las cinco de la mañana para tomar el tren a Busan y llegar temprano a casa del menor. Pero nada de eso importaba cuando se trataba de Jimin.
—No, estaba en casa de Namjoon, solo tomé un taxi—mintió.
Jimin sabía que mentía pero no quiso decir nada, no había forma de agradecerlo todo lo que hacía por él, nadie, ni siquiera su familia lo trataba con tanta delicadeza y cuidado como lo hacía Min Yoongi.
—¿Sabes lo mucho que te quiero?—habló entrecortado, el pelinegro se acercó a él y tomó una de sus mejillas haciendo un ligero apretón. —Gracias por todo lo que haces por mi.
—No hay nada que agradecer Jiminnie—se acercó y dejó un delicado beso en los labios contrarios. —Cada que te veo a los ojos la cuenta queda saldada.
Jimin rió por lo bajo y tomó los platos que el mayor le había entregado comenzó a comer del trozo de pastel que el pelinegro había comprado, con cada bocado recordaba la primera vez que habló con ese chico.
Un día caluroso donde el rubio tiró su helado y el mayor le compró otro con su propio dinero sin dejarlo que se lo pagara. Ese día ambos conversaron hasta que el sol se ocultó, Yoongi le pidió alguna forma para comunicarse con él de nuevo y se intercambiaron la dirección de su casas ya que Jimin no tenía teléfono. Todos los días sin falta Min Yoongi le llevaba pastel de fresas a su nuevo amigo que pronto se convirtió en su novio.
—Yoongi...—habló haciendo que el pelinegro lo volteará a ver de inmediato. —¿Qué te gusta de mi?, es decir ¿Qué hizo que te fijarás en mi y no en otra persona?—preguntó ladeando una sonrisa esperando la respuesta.
—Oh Jiminnie, la verdadera pregunta es ¿Qué no me gusta de ti?, eres una persona única e irrepetible, eres una persona amable, tierno, inocente, inteligente, tu forma de ser es algo que disfruto y quiero disfrutar todos los días de mi vida. No me cansó de repetirle al mundo que yo Min Yoongi estoy completamente enamorado de Park Jimin.
—Es decir eso es hermoso pero... físicamente ¿qué te gusta de mi?
Yoongi ladeó su cabeza mirando con exaspero al menor que suspiraba. Pensó en cómo hacerle entender a Jimin lo que sentía al verle.
—Tus hermosos ojos.
Jimin sonrió inmensamente, pequeñas lagrimas comenzaron a brotar de dichos ojos empapando sus mejillas sonrojadas. Quería abrazarlo y nunca soltarlo pero también quería escuchar lo que diría después.
—Tus ojos son poderosos Jimin, tú no te das cuenta de lo que esos ojos provocan en mi, con tan solo verlos me haces querer llorar, no puedo dejar de verlos y sentirme terriblemente extasiado. Son una clase de droga de la cual ya soy totalmente adicto, no hay forma de que no los atesore.
El rubio ya no podía parar las lagrimas al sentirse tan bien con semejantes palabras, no quería moverse ni siquiera quería parpadear para no interrumpir eso tan bonito que estaba sucediendo.
—Nunca había caído desde tan alto, hasta que caí en esos ojos y no pude levantarme, viví en un mundo ciego por tanto tiempo...tú simplemente me mantienes vivo cada día. Si no fuese por ti Jimin, yo no estuviera aquí ahora.
El de cabellos oscuros caminó lentamente hacía Jimin para abrazarlo delicadamente dejando que el rubio se acurrucara en su pecho. Yoongi no iba a mentir cuando decía que Jimin lo era todo para él, no había forma de que lo separarán de él nunca. No mentía cuando decía que esos ojos lo hacían llorar con tan solo verlos.
El día pasó más rápido de lo que creían, ambos chicos ya se encontraban en la cama, Yoongi se mantenía viendo la película y Jimin solo escuchaba música mientras se recostaba en el pecho de su novio.
—Min Yoongi...—lo llamó con una sonrisa.
—¿Qué pasa Jimin?—preguntó volteando a ver al rubio con demasiada atención.
—Sí pudiese ver tus ojos...también serían mi parte preferida de ti, los imaginó como los de un gatito, color negro como tu suave pelo, me imaginó como brillan cuando el sol te da en la cara, imaginó como sonríes y cada que escuchó tu voz imaginó tu boca articulando cada palabra que dices. Te imaginó todo el tiempo y créeme, es algo tan hermoso, eres tan hermoso Min Yoongi.
Un nudo en la garganta se formó en Yoongi que ya se encontraba a punto de llorar desconsoladamente, era demasiado injusto.
—Si yo pudiera verte solo una vez... no lo olvidaría nunca la obra de arte que sé que eres.
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Este es lo más sentimental que he escrito en mi vida, espero que lo atesoren como Yoongi atesora los ojitos de Jimin:)
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aestheticsyoongi🌸
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Ocean Eyes. ♡ Oneshot.
FanfictionDonde Min Yoongi adora los ojos de su novio y los convierte en su tesoro más preciado. ☆Oneshot. ☆Fluff. ☆Basado en la canción Ocean Eyes de Billie Eilish. ☆No copias ni adaptaciones. ☆YoonMin tus patrones ahre.