¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La culpa se hacía presente en Isaac, llevaba dos días sin ver a Quinn. La rubia había desaparecido y nadie sabía su paradero. Estuvo preguntando por ella a todos y nadie le daba respuesta, ni si quiera había gente el hogar de la rubia, o eso pensaba el por qué nadie le había abierto la puerta. Hasta había trabajado los siete días de la semana con la esperanza de que ella se apareciera por ahí. Llegó a pensar que había cometido un garrafal error en contarle las travesuras de Steven.
Había dejado 3 post it dentro del casillero de su rubia, para que cuándo ella volviera a la escuela no se sintiera abandonada, y si era posible, sacarle una de esas sonrisas que tanto le gustaban.
•QUINN WHITTEMORE•
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Se sentía humillada, esa era la palabra adecuada para describir sus sentimientos. Ya había pasado la etapa del llanto,y ahora estaba en la humillación y el coraje. Humillación por que sabía que ella era la burla de toda la escuela, que todos sabían que Steven la engañaba, y ella quedaba como la tonta que no sabía nada. Y enojo, por que eso hirió su orgullo de mujer, su sentido de feminidad.
¿Que no tenia ella que Claire y Jenna si?
Y no era tanto por Steven, el le valía un reverendo comino, era por que todos sus novios la habían engañado.
¿Acaso había algo mal en ella?
Sólo pedía que alguien la amara tal y como era. Un amor puro, honesto y bello. Cada vez que parecía encontrar al indicado las cosas se iban al caño. Al parecer cupido no estaba de su lado, cualquier hombre que le mandaba, parecía que tenía la tarea de hacerla sufrir. La única persona que le mostraba interés era el chico de las notas. El se esforzaba por ella, por hacerla sentir hermosa, amada, segura de sí misma. Se esforzaba por ganarse su corazón. A lo mejor el era el indicado y ella no se había dado cuenta. Y así surgió la idea más maravillosa que había tenido en su vida. Ella empezaría a contestar los post it y a dejarlos en su casillero así, poco a poco conocería quien era el misterioso hombre de los post its. Y si el destino lo quería a si, el sería su hombre perfecto.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
