Primera noche: el comienzo del juego

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 En la casa de mi abuela, en fin de año de aquella noche se encontraba todos mis familiares alegres con bebidas frías y con espuma sostenidas en copas de vidrio celebrando ese día de festejo fuera de la casa. Mientras ellos brindaban yo estaba con mis primos jugando a las escondidas dentro de la casa, cuando jugaba con mis primos uno de ellos me empezó a mirar y me empezó a hacer señas hacía unos de los cuartos, el cual era de mi abuela, ignoré totalmente las señas que había hecho, como si no fueran dirigidas a mí y me dirigí hacia donde los mayores se encontraban riendo y bebiendo en la célebre noche.

Me quede mirando fijamente y a la vez pensando que es lo que les motivaban a tomar esa bebida, deseando saber cuál era el sabor deseoso que ellos tomaban, fui a fuera diciéndole a mi tía Sabrina, quien era la madre de Blake -cabe decir que fue el chico que me hizo señas-, si me pudiera dar un poco de su bebida, ella sólo dijo que no era apropiado dejar beber a un niño ya que sería malo para la salud.

-Si es malo para la salud ¿Por qué tú estás bebiendo? – le recrimine, en la cara de mi tía se formó una mueca de inconformidad.

-Yo puedo porque soy adulta Three, a mí no me hará daño – le miró con el ceño fruncido.

De repente mi padre entró en la conversación:

-¿Cómo que mi hijo no puede tomar?, ¡Claro que puede! – sus frases eran lentas y arrastraba las palabras era claro que estaba borracho.

-Es un niño, no debería – volvió a replicar mi tía.

-¡Que daño le va a estar haciendo! Él es mi hijo, ¡Claro que puedes tomar Three! – una sonrisa se formó en su rostro mientras me tendía la lata de cerveza.

Le di un sorbo mientras mis familiares me miraban atentos a mi reacción. La sensación no fue nada buena la bebida quemo mi garganta y su sabor era realmente asqueroso, en mi rostro sólo se formó una mueca mientras sacaba la lengua.

-¿A que sabe Three? – me preguntó mi padre con una risa contenida.

-Es asqueroso.

Le miré con una mueca y todos los demás familiares rieron por ello, ignorándolos me dirigí a la cocina tome un vaso y abrí el refrigerador tomando la botella de refresco, de pronto llegó Blake y me quitó el vaso lleno de la bebida.

-Eres tonto ¿no?, ¿Por qué me ignoraste? - dijo en un tono molesto

-...Lo siento – dije en un tono bajo – es que me distraje con mis pensamientos; pero ya dame el vaso ¡Enserió tengo sed! – intenté tomar el vaso pero él evitó eso. Una sonrisa algo macabra se formó en sus labios lo que hizo que detuviera mis intentos por tomar el objeto.

-Te lo daré si me acompañas – lo observe por unos segundos notando un brillo en sus ojos el cual no pude descifrar.

-Vale, estábien – mi voz sonó temblorosa debido a la intensa mirada de Blake, tomé el vaso y bebí su contenido soltando un suspiro por ya no tener el amargo sabor en mi garganta.

Sin tiempo él me agarro del brazo guiándome rápidamente al cuarto de la abuela, al entrar cerró la puerta con seguro aún sin soltarme.

-¿Quieres jugar pequeño? – su mano se deslizó de mi brazo a mi mano acariciando con su dedo pulgar mi dorso.

-¿P-por qué quieres jugar otro juego si hace un rato estábamos jugando uno?, ¿Acaso no te gustó?

-Quiero jugar sólo contigo, ¿O no quieres?

-Está bien – tenía un poco de curiosidad de cual era dicho juego pero a la vez estaba un poco nervioso. Él sonrió guiándome a la cama para seguido recostarme en esta y posicionándose sobre mí.

-Esto queda entre tú y yo ¿Ok? – sólo asentí con mis mejillas calientes, de seguro estaban rojas.-bajando y subiendo la cabeza, expresando que si lo mantendría en secreto 

De pronto agarro mis brazos posicionándolos sobre mi cabeza en un suave movimiento, sin saber que estaba haciendo, me deje llevar por sus manos. Su mano izquierda se deslizaba por mi cintura mientras sostenía mis muñecas con la derecha, mi corazón se aceleraba con rapidez estremeciéndome antes sus toques y en el momento que me besó se escuchó como tocaron la puerta.   

Lo más rápido no separamos, y al mismo tiempo empezaron a tocar la puerta con más énfasis. Estaba realmente tenso, sentía como si estuviera haciendo algo malo sin ninguna razón, ya que en ese momento no sabía que es lo que estaba haciendo.          

          

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En unas nochesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora