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-¿Estás nerviosa?

-No estoy nerviosa.

-Tu cara no dice eso.

-Tengo miedo, Baek.

-Ya verás que será diferente.

-Extraño a mamá y a papá.

-No puedes extrañarlos, Dahyunie.

La pequeña Dahyun se sentía sola aún con su hermano mayor en ese apretado auto.

Necesitaba a sus padres.

Solo pasó una semana de esa trágica escena que ella y él recordaban perfectamente, Baekhyun no aceptaba anterior acto en absoluto, seguía en shock. Tenía que parecer tranquilo, sino su hermana menor estaría todavía más triste.

-Llegamos -dijo el policía.

Bajaron del auto y Dahyun se asustó un poco. Baekhyun la tranquilizó mientras ayudaba al hombre a sacar las maletas de atrás del auto.

Dahyun secaba sus lágrimas.

-Yo estuve en este orfanato- comentó el hombre-. Conoces a muy buenas personas. Bueno, a mí me tocó conocerlas. No creo que haya cambiado mucho, pero es un buen lugar -terminó para luego cerrar el baúl.

-Muchas gracias por traernos -dijo Baek-. Y por contar su experiencia, estaremos más tranquilos.

-No es nada pequeño, vamos.

Dahyun, Baekhyun y el señor que se ofreció a traerlos desde la comisaría de el norte de Seúl fueron para donde el orfanato. Había un campo muy grande que había que pasar para llegar a tal construcción, a Dahyun no le importó; para ella ese lugar era asombroso y pensaba en cuántos juegos jugaría con su hermano allí.

Entraron, Baekhyun estaba algo emocionado porque tendría nuevos amigos. No era muy sociable que digamos, pero siempre estaba feliz aunque no lo parezca.
En cambio, Dahyun estaba asustada por la nueva gente, solo le gustó el ambiente.

Pero eso cambiaría al conocer a una sola persona.

Momo empezó a ponerse más nerviosa cada vez que daba un paso más para ese increíble edificio junto a su hermano mayor.

-¿Qué llevas aquí? -dijo Yoongi -Parece como si cargaras diez ladrillos.

-Lo necesario -dijo su carismática hermanita-. ¡Yoongi! ¡Ya quiero llegar! ¡Haré amigos! -su entusiasmo era tan pero tan grande que ya irritaba a su hermano.

-Ya llegamos -dijo Yoongi para finalmente dejar las maletas en el suelo.

Había una puerta algo bonita, pero se notaba lo vieja que era. Momo pensó en voz alta en que era una mansión abandonada y su hermano aclaró que no lo era y que no tenga miedo. Momo asintió y tocó la puerta ligeramente.

Una amable chica de unos 18 años abrió la puerta y se alegró al ver al par de hermanos.

-¿Ustedes son Hirai Momo y Min Yoongi? -dijo con un poco de emoción.

-Sí, somos ellos.

-¡Pasen! Hace frío -dijo para señalar que entren y cerrar la puerta.

-Mi nombre es Eunyi -agarró las maletas de el hermano- Les enseñaré la habitación.

Subieron un par de escaleras y entraron a un gran cuarto, lleno de camas y cajones. Había unas 8 en cada lado, en las paredes en la que estaban junto a las camas habían unos pequeños pizarrones cuales decían el nombre completo de cada niño o niña, abajo decían sus apodos.

Eunyi les enseño sus camas y sus cajones, luego les enseñó sus horarios y dijo que ya era hora de comer.

Bajaron, Eunyi abrió las puertas de un gran salón y anunció:

-¡Niños! ¡hoy se nos unen dos hermanos; Yoongi y Momo! ¡Tratelos con respeto y amor como sé que ellos los tratarán a ustedes!

Luego, ella se sentó en una mesa aparte en donde estaban sus compañeras.

Había dos espacios libres en la mesa, Momo fue al lado de a unas niñas llamadas Mina y Tzuyu. Yoongi fue junto Hoseok y Namjoon.

-¡Hola niño nuevo! -dijo Hoseok mientras sacaba de su boca un pedazo de pudín a la mesa-. ¿Cómo te llamas? -dijo mientras volvía el pudín a su boca.

-¡Hobi Hyung! -dijo Nam- ¡deja de asustar al nuevo! ¡Y ya dijieron su nombre! Lo siento Yoongi, Hoseok siempre es así.

-No hay problema.

Los minutos pasaron y se escuchó el sonido del timbre.

-¡Yo voy! -dijo Eunyi para ir a la puerta principal y recibir a un nuevo par de hermanos.

Después del Orfanato. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora