Capítulo 2

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El punzante dolor de cabeza logró despertar al perezoso y deprimido KyungSoo, quien no tardó en aventar las cobijas a un lado, levantándose lentamente de la cama para, acto seguido, caminar en dirección al baño. Acunó un poco de agua en la palma de sus manos, mojándose después el rostro con ella, para desperezarse un poco; secó las gotas de agua faltantes, evitando a toda costa mirarse en el espejo, sabía que lucía horrible y no necesitaba que sus ojos confirmaran aquello.

Con torpes movimientos comenzó a deshacerse de su ropa, ingresó a la regadera y tomó un merecido baño, el cual duró más de lo esperado pues disfrutó del agua cálida resbalando por su cuerpo deshaciéndose del dolor que sentía en los músculos al no moverse las últimas semanas. Aún después de haber cerrado el suministro de agua permaneció algunos segundos bajo la regadera, soltando un gran suspiro en cuanto recordó que tenía que escribir si deseaba sacarse a Jongdae de encima.

Envolvió su cuerpo en una toalla y caminó de regreso a su habitación para vestirse, se encontraba tan concentrado en los pensamientos sobre Jongdae que olvidó por completo lo sucedido un día anterior, hasta que el sonido del timbre interrumpió el silencio que gobernaba su departamento. Por suerte ya se había puesto la ropa interior y un pantalón deportivo gris; tomó la primera playera que encontró en el cajón y se la puso a la par que el sonido del timbre volvía a resonar por todo el lugar, causando que acelerara su paso sin preocuparse siquiera de las gotas de agua que caían de su empapado cabello.

Al abrir la puerta se encontró con Junmyeon, quien no logró disimular a tiempo la mueca de preocupación.

—Ya abrió la puerta, lamento haberle molestado señor Kim. Que tenga un excelente día —Junmyeon metió su celular en el bolsillo del pantalón negro que utilizaba, evitando que el cliente no notara la manera en que esta temblaba. Exhaló un poco y de nuevo, aquella amable sonrisa iluminó su rostro por completo.

—¿Me creías muerto? —el rostro de KyungSoo no mostró ningún cambio en él sin embargo, el tono sarcástico que había empleado al pronunciar aquella pregunta hizo evidente la gracia que la situación le provocaba. Junmyeon pareció consternado al oírle y durante segundos el joven escritor creyó que este le regañaría cual madre preocupada, justo como lo hacía Jongdae cada vez que algún comentario oscuro escapaba de sus gruesos labios.

Contrario a todo pronóstico, aquello no sucedió, el joven repartidor simplemente negó con un amable movimiento de cabeza y estiró la bolsa de tela en dirección a Do, quien no tardó en recibirla.

—¿Te diste cuenta de que evitamos, lo más que podemos, producir más basura? Minseok hyung está muy comprometido con el planeta y por eso prefiere el uso de bolsas de tela y botellas de vidrio, aunque salga más caro — KyungSoo no entendió el por qué el apuesto joven hablaba sobre el cuidado del planeta, simplemente asumió que era de esas personas que preferían evitar e ignorar cualquier tipo de comentario negativo.

—Sí, lo noté... Espera un momento —retrocedió unos pasos y dudó sobre cerrar la puerta o no, al final no lo hizo. Caminó hacia la cocina y dejó la comida ahí, posteriormente tomó la bolsa de tela anterior y la botella que se ocupó de lavar antes, para entregársela al repartido. En cuanto volvió a encontrarse en el umbral de su hogar, regresó lo que llevaba en manos; el repartidor parpadeó confundido sin embargo, tomó los objetos.

—En realidad no lo decía con esa intención... Lo que quiero decir es... Uhm... Eres bienvenido cuando gustes a la cafetería, hay más variedad de comida y el lugar es muy tranquilo, de seguro lo disfrutarás mucho. Minseok hyung fue brillante al elegir la decoración y siempre elige la mejor música —tras musitar aquellas palabras, el empleado buscó en los bolsillos de su pantalón, sacando de uno de ellos, una tarjeta de presentación que no dudó en entregar. —Debo volver, espero que disfrutes del menú de hoy.

KyungSoo asintió e inclinó ligeramente su cuerpo a manera de despedida, observó al chico avanzar por el pasillo, detenerse y volver hasta encontrarse nuevamente frente a él.

—Espero que de verdad consideres el visitarnos alguna vez. Aunque los sábados no es un buen día para ir, siempre está lleno de gente y los domingos no hay servicio. ¡Cuídate! —esta vez el repartidor caminó sin voltear atrás, desapareciendo segundos más tarde. Do cerró la puerta y exhaló, sintiéndose un tanto abrumado por la extraña conversación.

Sin despegar la mirada de la tarjeta que había recibido, se dirigió a la cocina, abrió uno de los cajones y sacó el imán para refrigerador de Canadá que su ex novia le había regalado a inicios de su relación. Pegó la tarjeta al aparato sin pensarlo mucho para después sacar la comida de la bolsa de tela. Esta vez se sorprendió de encontrar un recipiente de vidrio con ensalada adentro aunque la bebida en realidad parecía ser la misma pues en la botella de vidrio, se encontraba un líquido verde. Inició degustando la ensalada de poco a poco mientras pensaba nuevamente en Jongdae. Se encontraba degustando el bocado cuando, el recuerdo de una conversación con su amigo le invadió, causando que un trozo de lechuga se atorara en su garganta.

—¡¿Jongdae está enamorado de Junmyeon?! —gritó una vez que el ataque de tos y el té, le salvaron la vida al facilitar que el trozo de lechuga se deslizara por su garganta. —Jongdae dijo había conocido a un chico increíble en una cafetería y que le había robado 1,000 wons y su corazón, ¿será...?

Se maldijo al no poder recordar la conversación pues KyungSoo era tan discreto que poco le importaba la vida amorosa de sus amigos, sobre todo la de Jongdae, debido a que su manager era conocido por enamorarse cada 5 minutos de diferentes personas, por eso jamás lo tomaba en serio en cuanto éste comenzaba a hablar.

—¿Será que Junmyeon está siendo amable conmigo porque le corresponde a Dae? —musitó enarcando una de sus cejas, imaginando a Junmyeon y a Jongdae juntos, uniendo sus manos y compartiendo momentos románticos juntos, causando que KyungSoo se estremeciera. —Agh, no debería importarme.

Tratando de alejar aquellas imágenes que seguían en su mente, produciéndole escalofríos, optó por seguir comiendo para regresar a la rutina que había adoptado semanas atrás, la cual consistía en dormir a la par que fingía frente a Jongdae que estaba trabajando en algún escrito.

Letras (SuSoo)Where stories live. Discover now