Y tristemente entendí que tengo que ser feliz contigo o sin ti, que no todo mi mundo debería girar entorno a ti y mucho menos si no soy ni una mínima estrella en el tuyo. Gracias por darme a entender que la felicidad la encontraré sin ti,que tengo que aceptar esa realidad y que nunca fuiste suficiente para llenar ese vacio en mi, pues tu fuiste quien abrió esas puertas. No te negaré que vivimos momentos magníficos pero que a su vez siempre terminaron en una discusión tonta y ridícula. Mataste mis momentos felices con tontas actitudes... Mataste mi fuego con hielo, un hielo que poco a poco fui derritiendo y que como era de esperarse acabó con apagar ese fuego que llevaba dentro de mi, me desgasté esperando que tu cambiaras, que mejoraras, que quisieras hacer las cosas bien y terminé por tirar la toalla, cobardemente me rendí.
Los últimos días fueron los mejores, ya había entendido que ya no eras tú si no yo, y que debía pensar en mi antes que en ti; que aunque suene egoísta lo mejor siempre fue ponerme de prioridad y no devolverte el lugar que nunca aprovechaste. Cómo cuando te llegan 3 meses de mala suerte, no sabes que hacer y sientes que ya se acerca el fin, pues ese fin llegó. Ya no me importas ni un mínimo, logré superarte, logré hacerme fuerte, logré dejar atrás esas lágrimas que siempre que caían por mis mejillas me recordaban a ti. Se acabó, se terminó y lo mejor de todo fue que gane yo.
Stud.
