CAPITULO 36

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El REGALO.

Isaac tomo la hoja que había en su escritorio la aprisiono con sus manos hasta arrugarla luego la tiro al piso, sentía tanta rabia tomo aire fuertemente, se quitó la bata dejándola en el perchero, agarro su saco, miro al suelo, levanto la hoja de papel y la guardo, salió del consultorio azotando la puerta con fuerza, mientras por su mente pasaban las palabras escritas en esa hoja - por mucho que lo intenten no podrán alejarme de ella, quieras o no tendrás soportarme toda tu vida ya que no pienso renunciar a Candy. Atte. Terry.

– Pero como entró al hospital – Isaac se preguntaba para sí.

– Hasta luego doctor – dijo Eugenie Isaac parecía como ido.

– Perdón que me dijo – Isaac salió de sus pensamientos.

– Solo me despedía – dijo la joven, Isaac la miro – lo veré por la noche Candy me invito a su... - Isaac la interrumpió.

– Eugenie sabe si alguien estuvo en mi consultorio – pregunto ansioso.

– No que yo sepa – Eugenie contesto amablemente – solo estuvo Candy asistiendo al último paciente – Isaac puso cara de desconcierto – el que atendió el doctor Benatar – Isaac sintió como un golpe en el estómago.

– ¿Por qué lo asistió mi hermana? – pregunto Isaac muy molesto.

– Tuvimos que ir a urgencia, el doctor Benatar le pidió que asistiera – explico la peIiroja, Isaac torció el gesto.

– Sabe quién era – cuestiono Isaac esperanzado en que sus sospechas fueran falsas.

– Sí, fue el mismo que me dejo el recado para Usted – aseguro Eugenie, Isaac apretó los labios.

– ¿Esta segura? – Isaac volvía a preguntar, la chica movió la cabeza en señal afirmativa – gracias – se dio la vuelta y se fue dejando a la enfermera desconcertada por su actitud, mientras Candy viajaba en el auto de Richard estaban por llegar a su casa.

– Amor que tienes – pregunto al verla tan callada.

– Nada – Candy miraba hacia abajo.

– Es tu cumpleaños se supone que debes estar feliz – dijo al ver la melancolía en sus ojos, la chica apenas y sonrío.

– Me duele un poco la cabeza es todo – explico Candy, hubo algo que llamo su atención.

– Sonríe amor – le dijo Richard mientras ella se agachaba a recoger algo.

- ¿Qué es esto? – cuestiono ella mientras miraba un pañuelo blanco, Richard volteo a verla nervioso.

– Candy deja eso por favor – Richard se supo descubierto.

– Esto es de una chica – Candy lo afirmo algo molesta.

– Candy deja que te explique – Richard se puso nervioso, Candy miro las iniciales gravadas del pañuelo.

– Esto es de... - dijo Candy algo desconcertada, Richard la interrumpió.

– Sí, es de ella – el joven no tuvo más remedio que aceptarlo.

- ¿Y qué hace en tu auto? – Candy lo miro interrogante.

– Puedo explicarlo – Richard se desvió del camino.

– Por ahí no está la casa – dijo Candy cuando Richard dio vuelta en una calle.

– Lo sé – Richard evito mirarla.

– A dónde crees que vamos – Candy se sintió incomoda por la situación.

– Te lo explicare pero no creo que tu casa sea el mejor lugar – Richard no quería que Candy se molestara con él.

EL AMOR DE LA ROSA ETERNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora