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Observó su reflejo por tercera vez en la mañana, y convenciéndose así mismo de que se veía bien peinó sus rubios cabellos, había algo diferente en Jimin y él no se sentía cómodo.

Aquel traje marcaba su delgado cuerpo, las típicas ojeras de un hombre que se la vivía trabajando, habían sido cubiertas con un poco de maquillaje. Se sentía falso, e incómodo.

Hacía años que no se vestía formal, ni mucho menos se arreglaba. Pero aquel día se vio obligado a hacerlo cuando recibió un mensaje de Jeon. El pelinegro había citado a Jimin para tratar asuntos importantes, y como el rubio no quería pisar aquel lugar luciendo de lo peor, se vio obligado a cambiar su vestimenta.

—¿Saldrás?—La voz de su hijo lo asustó, llevó ambas manos a la altura de su pecho y respiró tranquilamente para calmar a su corazón.

—Jeongin, no te sentí llegar.— Jimin se giró, su pequeño pelinegro se escontraba confundido. Era raro que su padre usara traje.— que bueno que te veo, necesito que te cambies. Saldremos, no quiero que te quedes solo en casa.

—¿A dónde?— Inclinó su rostro en forma de confusión, si que su padre estaba actuando muy raro.—Nunca salimos y cuando lo hacemos no vistes así.

—Iremos con Jeon, me citó y no quiero dejarte aquí solo. Así que ve a cambiarte que solo me quedan 20 minutos.—El pelinegro rápidamente frunció el ceño, aquel nombre hizo que le hirviera la sangre.— ¿Ocurre algo malo?

—Puedes dejarme con mi tío Yoongi, es mejor verlo hacer corajes que ver como aquel señor te coquetea.—Sus manos formaron dos puños, el hecho de recordar toda aquella tontería que Jeon Jungkook le había comentado la última vez que lo vio, hacía que su pequeño corazón odiara más a aquel sujeto.—Yo no iré.

—Jeongin por favor.

—No pisaré esa empresa nunca más en mi vida, no quiero tener relación con él ni hoy, ni nunca.— Y una batalla de miradas ya se hacía presente, si había una cosa a la que Jeongin le tenía miedo era su padre molesto.

{...}

Enojo, molestia, incómodidad era lo que sentía Jeongin al estar sentado en el autobús. Su cabello fue aplacado con capas y capas de gel, haciéndolo lucir "elegante". Lo peor fue cuando subió al transporte personal, a penas pisó aquel lugar y ya tenía toda mirada sobre el, especialmente la de las chicas.

Su padre movía sus piernas de un lado a otro, se notaban sus nervios. Mordía las uñas de sus manos, y de vez en cuando jugaba con sus dedos.

—-Papá, basta. Tus movimientos asustaron al señor que estaba sentado al lado de ti.—Recostó su cabeza sobre el hombro de su padre, y tomó una de sus manos para tratar de calmarlo.

—No me estoy moviendo tanto.—El rubio se quejó.—¿Me veo bien?

—Siempre te ves bien, padre.

Tras un camino lleno de empujones y preguntas un tanto incómodas, ambos llegaron a su destino. Jimin sacudió todo el polvo que su traje tuviera, respiró hondo y tomando la mano de su hijo como si aún fuera un pequeño se adentró a aquella empresa.

La gente dentro de aquel lugar si que era elegante, nada comparado con el intento de traje que el rubio llevaba. O eso creía Jimin.

—Buen día, ¿Puedo ayudarle en algo?—Un chico de cabellera castaña cuestionó mientras dejaba de enfocar su vista en la computadora.

—Vengo a ver a Jeon Jungkook.—Dio un último apreton a la mano de su hijo y se relajó comoletamente. Tan solo es Jungkook, se reprochaba mentalmente.

—¿Nombre?

—P-ark Jimin.

—Puede pasar, el señor Jeon lo ha estado esperando. Aunque comentó que solo debía pasar usted.—Jimin frunció el ceño.— Puedes tomar asiento donde quieras pequeño.— Jeongin se cruzó de brazos indignado, ¿Cuántas veces diría que ya no era un niño?

—Esperame aquí cariño, no tardaré. Recuerda, si alguien se acerca a ti no le hables ni resivas nada de lo que te den ¿Bien?

—Papá, ya no tengo 5 años. He cumplido ya mis 16 y sé como actuar con todo tipo de situación.— Jeongin no toleraba el hecho de que aún lo trataran como un niño pequeño.

—Solo no te muevas de aquí ¿Sí?— Asintió.—Volveré en un rato.—Con una sonrisa dejó un beso en la frente de su hijo y caminó hasta perderse en aquellos pasillos.

Jeongin tomó asiento en uno de aquellos asientos, para matar el tiempo se dedicó a examinat mejor aquel lugar. Había mucha gente corriendo de un lado a otro, había uno que otro que regaba papeles a lo largo del camino.

—Pss...— El pelinegro frunció el ceño.—El de los brackets.—Jeongin giró su rostro ante el llamado, encontrándose con el joven de recepcionista.—Ven, ven.

Confundido el joven, se levantó y volvió al mostrador. Recargó sus brazos en este, el chico castaño le sonrió.

—¿Ocurre algo señor?

—¿Park Jimin es tu padre?—Asintió.— ¡Madre mía!, eso quiere decir que el señor Jungkook es pariente tuyo ¿No?

—No, no. Él no es nada mío, nunca había oído hablar de él en mi vida.

—¿Seguro?—Físicamente eres igual a él, más peinado de esa forma.— Jeongin comenzó a despeinar sus cabellos.— No hagas eso niño, te ves bien con el cabello de esa forma.—

—Jin, deberías concentrarte en tu trabajo y no andar de chismoso.— Minho opinó mientras se acercaba a ellos.—Por cierto, Hyunjin está aquí y no se ve muy contento.

—Estos adolescentes de hoy en día.— Peinó su castaña melena.—No te ofendas pequeño.—Le sonrió al pelinegri, este tan solo asintió.—Iré a ver a mi hijo, ya vuelvo.-

—Tienes 20 minutos.

—Minho.

—¿Sí?

—Consiguete una novia o un perro. Pero deja de ser tan amargado y sangrón, se feliz por un momento en tu vida.—Y el pequeño Jeongin soltó a carcajadas, él también pensaba eso.— Me voy, cuida mi puesto.

El pelinegro reía, mientras el chico rubio contaba hasta un número indefinido para calmarse.

























🌼
Ya me siento linchada alv :'v
Disculpen mi inactividad, no tenía internet ni datos. U_U
En realidad sigo sin internet, pero ya tengo datos xdxd.

Disfruten el capítulo. :'D

Park Jeongin. •||K O O K M I N||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora