23

10.9K 1.3K 374
                                    

Las calles se encontraban en completo silencio y obscuridad era vista en cada rincón de estas. Jeongin suspiraba triste al encontrarse vagando por estas, no tenía de una remota idea en dónde quedaba el hogar del señor Jeon, y necesitaba llegar lo más rápido posible.

Sus ojitos derramaban lágrimas y un puchero ya se formaba en su labio, recordaba con dolor los comentarios que su padre horas antes le había dado, todo debido a la boba idea de pintarse el cabello sin su permiso.

[🕰]
El ya ahora pelirrojo chico observaba su reflejo con cautela, veía cada detalle de su cabellera con asombro. Le gustaba como aquel color pintaba sus cabellos, el rojo en definitiva le quedaba muy lindo.

—Tae... papá va a matarme cuando vea lo que hice.— Murmuró con miedo una vez se colocó un gorrito para cubrirse.— Me gustó como quedó, pero estoy muy seguro que a mi padre no le gustará.

—Por eso mismo te dije que no jugarás con Felix y sus amigos, hacen retos bastante extremos.— El más alto habló mientras alzaba sus hombros restándole importancia a lo que su primo comentaba, aquello sólo indicaba que se encontraba molesto, muy molesto.— Te repetí mil veces que no aceptaras el estúpido reto, pero me ignoraste.

Tiró de las mangas de su suéter con preocupación, su padre no tardaría en llegar, y sabía que en el momento en que cenaran todo se saldría de control.

—Tae, no estés molesto conmigo.— El menor puchereó sintiendo como las lágrimas amenazaban con brotar de sus ojitos.— No volveré a hacerlo, lo prometo.

—Jeongin, no llores.— Con algo de culpa Taehyung se colocó de pie y corrió a abaratar a su primito.— Ya no estoy molesto, tranquilo.
Debes evitar jugar con ellos, especialmente porque sabes que a tu padre no le agrada ese tipo de amistades para ti. Mira como tienes el cabello ahora, mi tío Jimin te había prohibido hacer cualquier tipo de rebeldías en tu cabello hasta que salieras de la escuela.

—Las palabras de Felix me molestaron, y por eso mismo jugué. Ahora solo debo afrontar las consecuencias que vendrán en cuanto mi padre atraviese esa puerta.

Y como si fuera una invocación, el adulto rubio se hizo presente casi arrastrando los pies. Se quitó el saco y lo botó en el sofá para luego acercarse a su pequeño y darle un beso en su frente.

–¿y ahora?— Observó a su pequeño con algo de confusión.— ¿Hace tanto frío dentro de la casa como para que uses un gorro, cariño?— Jeongin negó cabizbajo, aquella acción preocupó al mayor tanto que iba a abrazar a su hijo, si no fuera por algo que llamó mucho su atención.—Jeongin, cielo. ¿Por qué tus patillas son rojas?

—N-o son r-ojas.

Y aquellos tartamudeos bastaron para que Jimin se un tirón retirara la boina, revelando así el colorido cabello de su hijo.
Observó a su sobrino requiriendo una respuesta, el cual tan solo alzó sus brazos de modo de inocencia.

— Esto debe ser una broma, dime por favor que eso se quita con agua Jeongin.

—Ojalá se quitara con agua.— Murmuró bajito.

—Creí haberte dicho que nada que colorearte el cabello hasta que salieras de la escuela.— Jimin trataba de controlar su molestia, no quería regañar a su pequeño ni mucho menos gritarle.— En este mismo instante te quitas ese color y vuelves al negro, por favor.

—Pero papá. El rojo se me ve lindo, quiero quedármelo.

—Cielo, por favor, obedece.

Park Jeongin. •||K O O K M I N||•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora