-Mañana vendrá un importante amigo, Damian.
-No sabía que tuvieras amigos, abuelo- comentó serio.
Su abuelo sonrió cínico. Un gesto que ya se había convertido habitual para su joven nieto.
-Cómo sucesor mío y de la Liga de las Sombras, tendrás que aprender ha hacer negocios. Y aprender en qué personas hay que confiar. El líder de la Liga del Fuego es de fiar. Así que hay que tratarlos con respeto. Así te enseñaré una nueva lección. Trigon es uno de los mejores soldados de los alrededores de Ligas. Se alojarán aquí unos meses.
-¿"Alojarán", abuelo?
-Sí. Trigon tiene una hija, creo que de tu edad. No suele permitir que nadie la vea. Pero por lo que se rumorea en las Ligas no sabe nada de luchar.
Damian asintió en silencio apuntando la información en su cabeza. Sin nada más que decir, su abuelo se retiró de la sala central con los brazos en la espalda asintiendo con la cabeza.
"¿Una hija que no ha sido vista...? Me da que ésta visita será muy extraña "
Al día siguiente poco después del amanecer Damian siguió a su abuelo por los largos pasillos del recinto hacia la sala principal. Compartiendo una breve conversación.
-¿Por qué su padre no permite que la vean? Nosotros la vamos a ver. ¿Es que es demasiado fea o algo así? - sonrió malicioso Damian cruzando los brazos sobre la armadura decorada que se ponía en los eventos importantes.
-Se dice todo lo contrario. Dicen que es tan hermosa que su padre no deja que nadie la vea por temor a perderla. Pero bueno, son solo rumores sin importancia. Se acabó la conversación - lo miró de soslayo frunciendo levemente el ceño - no quiero una sola palabra a menos que lo permita.
-Sí, abuelo - asintió con la cabeza a modo de reverencia con la cabeza y se calló.
Llegaron a las grandes puertas oscuras con relieves que daban a la sala principal. Su abuelo las abrió con los dos brazos convirtiendo su cara seria en una sonrisa que solo Damian sabía que era falsa.
Damian lo siguió de cerca. Enseguida avistó a dos personas más en la habitación. Se fijó primero en la que destacaba más.
Un hombre mucho más joven que su abuelo que esperaba tranquilo con los brazos en la espalda. Alto y musculoso con pelo canoso y ojos negros. Con una vestimenta parecida a la de su abuelo pero roja.
Evidentemente dedujo que era Trigon.
Pero se desconcertó al ver a la delgada y pequeña figura comparada con la montaña de al lado.
Una chica. Estaba de espaldas con una maleta negra en mano. Cómo dos centímetros más baja que él.
Con un cabello liso negro como la noche hasta los hombros y un fino y largo vestido negro que la envolvía a la perfección. Con unos zapatos planos negros también. Sus brazos y piernas revelaban lo pálida que era.
Aún sin verle la cara aseguró que se consideraría hermosa.
Soltó un carraspeo nervioso que nadie oyó y apartó la vista hacia el suelo para seguir a su abuelo a apaso lento con los brazos en la espalda hasta pararse frente a la pareja, que se giró en cuento los vieron.
-¡Trigon, viejo amigo! ¡Cuánto tiempo! - oyó exclamar a su abuelo.
-Hola, Ra's. Sigues igual que siempre- respondió una profunda y grave voz que hizo que moviese un poco los ojos del tapiz rojo que decoraba el suelo.
-Supongo que este es el famoso nieto tuyo del que han estado hablando todas las Ligas. Damian.
Damian sintió que alguien le clavaba los ojos y levantó la vista para mirar al hombre sonriente.
Saludó con la cabeza lentamente, un gesto que el hombre de ojos negros le devolvió para volver de nuevo a su abuelo.
-Cómo ha crecido.
"¿"Como ha crecido"? ¿Es que me conocía? "
-Sí. Tantos años de entrenamiento al fin van teniendo resultado- sintió la mano firme de su abuelo en su hombro. Un gesto extraño de orgullo por su parte.
-Y supongo que esta es tu hija, Rachel- esa simple frase hizo que el joven deslizase los ojos a la derecha aún por el suelo para pararse en unos finos zapatos negros y unas piernas pálidas - es tan hermosa cómo recordaba. Ella si que ha crecido.
"¿Cómo la recordaba...? Me estoy perdiendo... ¿"Rachel"? Es abuelo me debe una explicación... "
-Encantada, señor - oyó una suave y fría voz que le hizo levantar la vista del suelo y mirar a quien acababa de hablar.
Definitivamente había acertado. La chica era claramente hermosa. Se le notaba que era silenciosa y reservada. No se parecía en casi nada a su padre.
Sus ojos eran de extraño tono violeta que capturaron la atención de Damian enseguida.No se dió cuenta de que se había quedado mirándola cómo un tonto hasta que ella lo miró fría e indiferente. Damian se sobresaltó al percatarse y apartó la cabeza con brusquedad. Gracias a su agudo oído pudo oír una ínfima risilla que para su alivio solo pareció oír él y no los hombres a su lado que charlaban animadamente ignorandolos.
-Bueno, Damian- lo sacó de sus pensamientosbla voz de su abuelo tras unos minutos. Levantó la vista para mirarlo- acompaña a Rachel a la habitación de invitados. Trigon y yo tenemos mucho que contarnos- añadió mientras retomaba la conversación con Trigon y salían por la puerta contraria a la que habían entrado.
Damian asintió con la cabeza y se dirigió lentament ehacia las puertas por las que había entrado anteriormente. Oyó cómo la joven lo seguía de cerca por los largos pasillos. Poniendo una gran distancia entre ellos.
Ni siquiera oía su respiración, y eso que lo habían entrenado para oír a los enemigos a gran distancia.Decidió acelerar el paso. Ese silencio era muy incómodo, al menos para él. Torcieron una esquina y recorrieron otro pasillo.
-Aquí es- se detuvo con la chica detrás frente a una puerta de tela beis decorada con flores de loto negras en las esquinas.
Abrió la puerta con una mano y se apartó para dejarla entrar.Escuchó un gracias escueto y corto y la joven pasó por su lado para entrar y volver a cerrar la puerta.
Durante unos minutos un olor a lavanda e incienso lo acompañó en el trayecto hacia su habitación.
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ES POSIBLE CAMBIAR
FanficAU Trigon no es un demonio. Es el líder de la Liga del Fuego (tipo la Liga de las Sombras) ,y Raven se quedó con él. Damian nunca se fue a Gotham y se quedó cómo sucesor Al Gulh.