Capítulo 8.- Maldito destino

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Fueron tres agobiantes semanas en las que me la pase o en la estación de policía o encerrada en mi cuarto con Clarisa contándome sus versiones distorsionadas de los cuentos de hadas que Nea solía contarme.

No había visto a Nicolás y eso me molestaba. Hasta que su padre me dijo que tenia que ponerse al corriente en la Universidad porque había reprobado cuatro materias. Si de nerd solo tiene las gafas falsas y el pelo peinado hacia atrás además de que su armario estaba a rebosar de camisas a cuadro y pantalones cafés de tirantes.

La ropa cool que posee es poca, y aun no se porque. Puede que tenga un complejo hacia verse ñoño y sexy al mismo tiempo.

El caso es que el tema de Nicolás yendo a la escuela me recordó que yo también debía a hacerlo.

Pensé que tendría que arrastrarme, suplicar, llorar e incluso gritar un centenar de razones por las cuáles había faltado prácticamente un mes completo a la Universidad sin avisar el motivo de porque en ningún momento. Pero para mi sorpresa la directora me recibió con los brazos abiertos.

Su discurso al verme aun me hace sonreír a pesar de que han pasado cuatro horas desde que lo escuche.

" Hay cariño, creí que nos habías abandonado por ir a una escuela mucho mas hermosa y prestigiosa. No sabes lo mucho que me alegra que no haya sido así. Esta institución jamas deberá darse el lujo de perder a la prueba andante de que las rubias no somos estúpidas, a los dieciséis no solo conseguiste una beca completa sino que también te adelantaste tres años en tus estudios. Tus padres deben estar lamentado el haber creído que tu mejor opción era el ser una esposa. Tu sin duda alguna harás grandes cosas Amanda Blum, confió ciegamente en tu potencial. "

Ahora me siento menos estúpida. Me pregunto si esta bien dejarla pensar así de mí, creo que va a decepcionarse cuando sepa que nunca estudio, que lo que hago al llegar a casa es ver televisión hasta las tantas de la madrugada y que en los exámenes la única cosa que me ayuda a pasar es una inexplicable suerte a la hora de contestar cada pregunta como si ya me supiera la respuesta a todo. Ni siquiera se como es que me las arreglo para explicar los temas complicados de matemáticas a mis compañeros luego de que ellos no le entendieran nada al profesor.

Supongo que la inteligencia sí puede heredar se. Y como mis padres poseen cerebros enormes yo también tengo uno. Me pregunto como lograron ser engañados por ese tipo que consiguió arrebatarles todo menos lo que traían puesto.

Debería ir a visitarlos, no. Creo que aun no estoy lista, menos con ese pedófilo paseándose por las calles con la maldita idea de llevarse mi virginidad.

Miro el cielo recostada en el césped del patio delantero de la Universidad mientras sigo reflexionando sobre lo que ha pasado con mi vida en tan poco tiempo.

Cuando de pronto escucho una hermosa voz entonar una melodiosa canción que me se de memoria. Acaso me eh dormido y estoy soñando. Hace cuanto que no reproduzco esa canción en mi cabeza o saco la grabadora del estomago de Aiden para poder apreciarla en vivo.

Años, meses, semanas, días. Dios este es el cielo, ¿verdad?. Escuche señor todo poderoso, si de alguna forma me encuentro en el cielo déjeme quedarme por mucho tiempo. Que esa voz no deje de endulzar mis oídos, de enviar tanta paz a mi mente y corazón.

- Oye Bruno, creí que no volverías luego de la paliza que te dio el novio de Amanda -

Mis ojos se abrieron de golpe al escuchar la voz del novio de Sara. Ese maldito estudiaba aquí, ese maldito y el pandillero pervertido estudian en la misma Universidad que yo. Ese puerco si que es un total acosador.

Ahora lo odio mas por haber hecho callar al dueño de tan hermosa voz. De seguro el y la imagen de violador que tiene su amigo lo ahuyentaron.

- Ni lo menciones Devon. Juro que jamas volveré a ser tan estúpido ni a fijarme en una princesita o una chica rubia. Eh quedado traumatizado de por vida -

 ! Soy solo un tal vez !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora