Capítulo IV

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Desperté en la cama junto a Maru y Moro como era usual ya en mí día a día. Ahora sabía que ya estaba en mi realidad, estando solo en esa tienda esperando a los clientes o visitas inoportunas de la única persona que vendría a visitarme.

Aquella persona llegó justo a la hora de la comida, nunca llegaba tarde si de saciar su hambre se trataba y aunque eso satisfacía mi ego como cocinero, no me alegraba tenerlo ahí pidiendo platillos como si fuera su ama de llaves, que para empezar ni su casa era. Aun así, sería mentir el afirmar que no me alegraba tenerlo cada día pasándose por la tienda, su presencia era un aire diferente, y una distracción de los pensamientos que me llenaban siempre que estaba solo ahí.

La noche cayó y con ello algo que ya era casi una costumbre diaria. Sentarme junto a Doumeki ver las estrellas, tomar sake o alguna otra bebida alcohólica y comer algo preparado por mi mientras nos quedábamos en silencio o comentábamos un par de cosas sobre el día, algún cliente o cualquier cosa que pasara por nuestra mente en el momento. Sin embargo, ese día la conversación no era algo que yo buscara, no por la razón usual de no querer escuchar los comentarios impertinentes de Doumeki, si no que sabía que todo se desviaría hacia mi actitud y ello llevaría a hablar de lo sucedido del otro lado.

—Watanuki. –Me llamó y yo no pude hacer más que tratar de ignorar lo que se venía. –Siempre has actuado de manera extraña, pero hoy estas más raro de lo normal. –comentó logrando que una vena saltara en mi frente, que molesto.

—No quiero escuchar eso de ti, estúpido. –conteste sin realmente pensarlo. Doumeki dejo ver una leve sonrisa.

—Esto es un poco más normal ¿por qué fuiste a otra dimensión esta vez? –aquí estaba el tema del que no quería hablar, baje la mirada evitando la de él.

—Un deseo. –fue lo único que contesté, no quería decir más ni llegar a detalles, pero Doumeki no apartaba su mirada de mí, aunque no decía nada podía escuchar su voz insistiendo en que dijera algo más. –Deja de mirarme de esa forma, contigo no se pueden dejar las cosas así ¿cierto? –él solo asintió irritándome más. Suspire, ahora debía decirlo todo. –Solo desee algo con fuerza y cuando dormí simplemente fui llevado al lugar que quería ir, no fue nada planeado.

—Y entonces ¿Cuál fue el deseo? –dijo tomando del sake. –Me da curiosidad lo que Watanuki desea.

—Realmente no es tu asunto, así que olvídalo, ahora estoy aquí así que ya no importa. –dije pensando en cerrar el tema con ello.

—Pero si era tu deseo me gustaría saberlo, además regresaste ¿eso no significa que no encontraste lo que realmente buscabas?

Me quedé en silencio pensando en ese detalle. Era cierto, aunque llegue a un lugar donde era realidad, aun así eso no era lo que buscaba ni lo que realmente quería.

—Tienes razón, pero lo que buscaba no lo encontrare en ninguna parte, es bueno que no sea más que un deseo mío.

—Claro que no es algo bueno, puedes cumplir deseos ¿pero no el tuyo? ¿Qué clase de sueño imposible tienes?

—Incluso mencionarlo ahora es estúpido, no lo haré. –dije con una risita al final, realmente ya quería que parara de cuestionar.

—¿Qué hiciste mientras estabas soñando? ¿A dónde fuiste y porque lo deseabas tanto? ¿Realmente no lo obtuviste?

—Deja de preguntar tantas cosas, yo solo estaba en un momento de debilidad y sin querer termine en aquel lugar donde la razón de mi debilidad existía. –Me pare en seco después de decir aquello, las palabras estaban saliendo sin querer.

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