Capítulo 1

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Despierto de mi sueño el cual fue uno muy loco e incoherente pero agradable... no lo recuerdo muy bien pero por la sensación con la que desperté puedo intuir que fue un buen sueño.

Percibo algunos rayos de luz colándose por mi ventana a través de mis cortinas traslucidas, así que me tomo el atrevimiento de decir que hoy es un bonito día soleado aun cuando no abro las cortinas porque no estoy 100% consciente de mi alrededor, simplemente estoy ahí sentada en un borde de mi cama viendo hacia el infinito.

Una buena forma de levantarse en mi opinión, me gusta la sensación cálida que le brinda el sol a mi habitación así que me permito disfrutarlo unos 5 minutos más... lástima que mi momento de paz se ve interrumpido por los gritos de mi madre, veo la hora en el reloj 6:40 ¡¿a quién diablos le dan ánimos de gritar a estas horas?! Me imagino que ya mi hermana rompió su récord personal en capacidad de hacer enojar a mi madre en cualquier momento que se le dé la gana. De verdad no la entiendo, no entiendo cómo puede contradecir todo con tanta naturalidad sin percatarse de las consecuencias a futuro o que esas tienen en los demás, a veces hasta dudo que tenga corazón, deben ser las hormonas, a los 16 años no ejerce tanto control sobre estas. Creo.

Salgo de mis cavilaciones y decido despertar de una buena vez, salí de mi habitación con una toalla colgando porque el baño de mi habitación se le daño la tubería así que debo utilizar el baño de arriba hay otro más amplio en la planta inferior pero que flojera bajar y después subir para después volver a bajar, mucho trabajo, nada más me canse al decirlo.

Abandono mi habitación con poca ropa, solo me cubren unas pantis de algodón que me encantan usar porque son súper cómodas y me cubren todo el abdomen, estilo talle alto. Creo que son de anciana porque no se sienten estrechas.

Momentos como estos agradezco que solo seamos mi hermana Julie, mi mamá Amelia y yo Lucia, cero hombres en esta casa.

Luego de salir de la ducha me cepillo los dientes, espero a que se me pase el sabor de la pasta y ahí es donde desayuno. Una rutina extraña, lo sé, pero es imposible no cepillarme los dientes después de una ducha. Suena loco, pero si no lo hago siento que me fallo a mí misma, dramático pero no me importa, así me siento.

Cepillo los dientes mirando mi reflejo en el tocador, no me considero fea, me gusta lo que veo en el espejo pero no es que sea la octava maravilla.

Me gustan mis largas pestañas que alrededor de mis ojos a veces azules en otras ocasiones verdes hacen que su color sea difícil de ignorar, iguales a los de papá, y siento que mi nariz queda muy bien en mi cara, no es la más hermosa pero no me afea en ningún sentido, al igual que mis labios, ni muy grandes ni muy pequeños. Fui bendecida con mi genética papa es muy guapo y en su mayoría luzco como el a excepción de las ligeras pecas que están alrededor de mi nariz me dan un tono infantil que no me agrada pero no hay nada que se pueda hacer para quitarlas porque por más que me maquille siguen ahí, no tan perceptibles debajo de esas capaz de maquillaje pero visibles al fin.

Después de cambiarme me dirijo a la cocina y cuando voy llegando escucho a mi hermana decirle a nuestra madre que debe pagar algunas cosas en el colegio, en el colegio que estudiamos piden mucho dinero para celebrar hasta si se casa una profesora, sé que no está mintiendo pero también sé que mi hermana se ofreció a llevar de más para sobresalir, así que intuyo que por eso debieron estar peleando.

Me parece simplemente genial el único espacio que compartimos con nuestra madre y ella solo deja que mi hermana dañe la paz matutina peleando por sabrá dios que tontería. Es muy raro, la mayoría de las ocasiones ella solo accede a las demandas de mi hermana para evitar que pierda el control.

DEAR MOM.Where stories live. Discover now