DEAR MOM.

CAPITULO 2.

Vaya forma de comenzar un lunes...

Me baje rápidamente del carro, Ingresando con prisa al colegio, ni siquiera me despedí de mamá porque aun estaba algo resentida por lo que paso. No es algo nuevo pero aunque estoy acostumbrada eso no hace que duela menos, al contrario el dolor se incrementa día tras día.

Es increíble como puede ser tan indulgente con Jul mientras que a mí nunca me perdona una.

Julie llego a mí corriendo por detrás, se posiciono a mi lado pero yo solo comencé a caminar más rápido, le costaba cogerme el paso. Y se supone que la de piernas largas aquí es ella.

- Lu – me llamo pero no le preste atención, tenía que llegar a mi clase de dos horas de biología, me gustaba mucho esa materia y no podía permitir que la profesora tuviera un mal concepto de mí. No era la primera vez que llegaba tarde por culpa de ella. – espera un momento Lu, tengo que decirte algo.

- Ya voy súper retrasada por tu culpa, por favor no me distraigas.- dije tratando de evitarla a toda costa, sinceramente no quería escucharla.

- Oye, ¡oye! – siguió intentando hasta que sentí que me jalo por el brazo ocasionando que me detuviera inmediatamente. Estremecí mi brazo fuertemente para que quitara su mano

- ¿qué quieres?- le pregunte lo más dura que pude.

- Solo quiero darte una disculpa sincera.- dijo y pude ver que estaba genuinamente arrepentida, la rabia se fue disipando al ver este gesto tan poco común en mi hermana así que asentí mientras la miraba a los ojos.

- Bueno, qué más da.- dije resignándome, de nuevo apareció esa sonrisa que pone cada vez que se sale con la suya- Acepto tus disculpas.- ella dio un saltito en modo de celebración.- Pero por favor que no se vuelva a repetir, sabes que odio llegar tarde. Eso baja la nota de convivencia y disciplina escolar.- dije sonriéndole pero con una mirada severa que le expresara lo en serio que iba mi petición.

Jul se abalanzo en segundos sobre mí dándome un abrazo que casi me asfixia diciéndome:

- Eres una excelente hermana Lu, te amo mucho. Gracias por perdonarme.- decía cerca de mi oído mientras seguía abrazándome.

- Si, de nada.- no rompía el abrazo así que tuve que avisarle por la salud de mis pulmones.- ya, creo que es suficiente Julie. Me quedo sin aire.

- Siempre tan exagerada.- dijo soltando una pequeña carcajada.- oye necesito un favor tuyo, vamos no puedes decirme que nooo.- dijo alargando la última O con cara de perrito pateado.

Inmediatamente se borró la sonrisa de mi rostro. Con que por eso había pedido perdón. A veces me sorprende lo ingenua que puedo llegar a ser. Que estúpida.

- Si por eso viniste a mi pidiendo perdón olvídate que te ayudare.- exprese secamente, acaso tendré cara de boba, ¿por qué la gente siempre quiere sacar provecho de mí?

- No, eh... No como se te ocurre.- dijo con un poco de duda, ni siquiera sabía que decir. Claramente me estaba mintiendo.

- Claro que sí, reitero lo dicho anteriormente en el carro. Eres una arribista. – dije llenándome de nuevo de ira, ella solo se quedó callada viéndome, probablemente ni debe saber con exactitud lo que la palabra significa.

- Ay Julie, no puedes ser tan mala conmigo. - ah sí, ahora yo soy la mala, suerte que mamá no está aquí.

- NO-TE-VOY-A-AYUDAR, ahora por favor no me estorbes que necesito llegar a clases.- Dije dándome la vuelta inmediatamente para seguir con mi camino.