Capítulo 1: El Bosque Muerto.

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Oscuridad... Letanía... El bosque de hiedras por la noche la llamaba..., siempre la había llamado en las heladas noches sin Luna... Desde niña lo soñaba; espantosas pesadillas la martirizaban, cuando en los lluviosos inviernos visitaban a su abuela junto al bosque. Envuelta en un manto de sombras despertaba empapada, llorando, sin recordar nada en absoluto; temblaba con espanto, pero sin saber qué siniestras figuras habían danzado por su alma. Su pecho estremecido, pero su mente vacía y negra como la solitaria fosa. Entonces descendía volando las escaleras, crujiendo la madera con malsana indignación, y se adentraba en la espesa penumbra, en esos pastos crecidos e impíos del huerto junto a la casa; y corría poseída de una fuerza irracional, desconocida, seductora, que la hundía en esa oscuridad infame, a la sola luz de las débiles estrellas, cuando ni siquiera la Luna osaba asomarse, presa quizá de un arcano temor. Amanecía incontables veces abrazada a algún viejo árbol muerto, en medio de un claro del bosque, cuando su madre o su abuela la encontraban luego de una búsqueda desesperada que se volvía cada vez más habitual.

Pasaron largos años, y Margot nunca más volvió a esa triste casa, ni a ese bosque maldito. Pero sus pesadillas, incansables, nunca la abandonaron... Y aún permanecía sin poder recordar... Sólo despertaba con el mismo terror inexplicable que cuando era niña. Hasta que un soberano día una muerte y una herencia la devolvieron a esa vieja casa. Y ella, ya convertida en una joven pretendida por su belleza y su fortuna, volvió a dormir en esa funesta habitación, con su ventana observando el bosque infame. Extrañamente no soñó esa noche. No tuvo pesadillas. Nada. Pero una curiosidad insoportable y perversa la invadió en la madrugada. No había Luna. Sólo estrellas cómplices, escondidas tras las negras nubes de un cielo temeroso, cuando la ventisca indomable y helada ultrajaba esos campos eternos. Descendió las escaleras corriendo inocente cuando niña, con su camisón largo y blanco como mortaja. Y se adentró en esos frondosos pastizales, zigzagueante rumbo al bosque. El viento le susurraba voces arcaicas, viles voces a sus oídos, y dibujaba rostros fantásticos y horrendos en las nubes grises que la miraban relampagueantes y excitadas; mientras agitaban con impiedad su vuelo negros cuervos en el horizonte, revoloteando entre perdidas hojas resecas y desnudando a esos árboles vetustos ya muertos. Se internó en lo más oscuro de ese bosque; tropezando ciegamente con troncos maliciosos, insultando piedras y arbustos, obstáculos invisibles que la ultrajaban indecorosamente. Crueles voces la llamaban... desde sus pesadillas... Ahora casi recordaba. Y no podía dejar de correr hacia la negrura de lo desconocido. Las ramas ocultas la arañaban impiadosas con sus uñas afiladas de demonio, haciendo harapos de la seda blanca que la vestía... De pronto sintió claramente sus voces. Sus cánticos profanos. Se detuvo. Pero no pudo verlos. La oscuridad ya imperaba. Y luego callaron. Y sólo escuchó el latir dramático de su corazón. Al principio fue pura agitación por su frenética corrida. Luego fue sólo terror. Deseó ser una niña otra vez, así su madre y su abuela la rescatarían al amanecer... Pero eso ya no era posible. Su soledad y desamparo eran absolutos. Se refugió en esos sueños... Ahora lo recordaba todo. Vio las antorchas arder otra vez. Y las blasfemas rondas, impías, malditas. Sus rostros excecrables. Y esos atroces abusos, esos inconcebibles sacrificios... Cerró sus ojos y se abrazó a un tronco grueso y rugoso, pero frío como el sepulcro. Cuando despertara, el Sol la recibiría y estaría a salvo nuevamente. Sintió sus lascivas voces otra vez. Creyó que ya no eran sueños. Que ya no era el viento. Y no se animó a abrir sus ojos nunca más. Cayó pesada como roca al suelo, a la negra y húmeda tierra del bosque muerto. Se acercaron y la contemplaron, con sus miradas secas de cuervos y su edad indescifrable, ofreciéndole su adiós. Esa sería por siempre su olvidada tumba.


Cult of Shadows  (El Culto de las Sombras).Where stories live. Discover now