Los Movimientos Feministas (Parte 1)

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Se considera que los movimientos feministas tienen su origen en la Declaración de los derechos universales de igualdad y de libertad promovidos en la Revolución Francesa y en la Ilustración, donde las mujeres tomaron conciencia de su situación y comenzaron a reivindicar la igualdad en todos los terrenos, tanto en derechos como en oportunidades y no solo para varones.

Recientemente, muchas voces sabias nos dice que el feminismo ya no es necesario porque las mujeres ya han resuelto sus problemas. ¿Es este análisi correcto? es evidente que se pueden dar respuestas diferentes, todas con argumentos convincentes.

En los setenta se afirmaba que el movimiento feminista era un fenómeno nuevo, desde sus propias filas surgió la tesis contraria. Apoyado por le trabajo de las historiadoras, las feministas y con ellas los interesados en los movimientos sociales redescubrieron el sufragismo. El olvido del movimiento sufragistas que contrastaba con la memoria sobre el movimiento obrero del siglo XIX formaba parte de la "invisibilidad" de las mujeres. Un movimiento que había sido importante, potente y que ningún análisis político histórico riguroso podía ignorar, había caído, sin embargo, en el más completo olvido.

El descubrimiento del sufragismo permitió ver que las mujeres no convertirían por primera vez en un movimiento social en los setenta y que por tanto no eran un "nuevo" movimiento. Las mujeres, al calor de la Revolución francesa se habían cuestionado su situación social y el rol que les había asignado. Se comprometieron con la revolución porque pensaron que sus demandas serían atendidas. Mientras los revolucionarios debatían sobre los derechos del hombre, plantearon los derechos de las mujeres indicando que como grupo social tenían una especificidad que debía ser tomada en cuenta. No sólo sus demandas finalmente no se incorporaron a la agenda política, sino que se las persiguió, se las encarceló y, en muchos casos se las guillotinó por defender estas ideas.

Las sufragistas recogieron el testigo es esta generación de mujeres. Aceptaban el análisis sobre la situación de inferioridad de las mujeres, es decir, su discriminación y pedían el acceso al mundo público del cual habían sido excluídas. Si bien, planteaban diversas reivindicaciones como el derecho a la educación y a poder tener un trabajo remunerado, convirtieron a la participación política en el medio para conseguir las otras demandas. El derecho al voto se convirtió, así, en el aglutinante de la movilización de las mujeres. Esto demuestra el respeto al parlamento y a la democracia representativa que tenían, cuando otros sectores sociales consideraban que sus reivindicaciones jamás podían ser atendidas por los parlamentos democráticos y que éstos debían ser eliminados.

Feminist Isn't A Bad WordWhere stories live. Discover now