Parte 1

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Desde ese día que Dios le dio el camino a Martín de ser su siervo, todo cambio de una manera extraordinaria, ayudando a muchas personas y animales.

Así como un día que al rayar el alba Martín se despertó con gran ánimo, estirando sus alas y sacudiendo sus plumitas, saltando fuera del nido volando con entusiasmo cantando y haciendo distintas piruetas.


"Gracias, gracias te doy, por el hermoso día que nos has dado hoy.

Gracias, gracias te doy, por el hermoso día que nos has dado hoy.

Tú eres grande y nuestro supremo rey, por lo que el mundo gira gracias a tu estupenda ley.

Cuan grandioso es alabarte, con un cántico alegre el saludarte"

En el parque había una gran cantidad de pájaros cantando, acompañando a Martin en la canción de gracias por un nuevo día.

Conforme fue aclarando el resplandor de una nueva mañana, cada pájaro se fue retirando a sus distintas labores.

Regresando Martin al árbol, sintiendo como un rayo de luz se introducía entre las hojas llegando a iluminar, su rostro y pecho, escuchando la voz de Dios en su interior, el cual le dijo.

- Buenos días Martin, hoy tendrás una nueva tarea por realizar, en la cual te iré guiando conforme vayas haciendo lo que te indico.

Martin estaba sumamente animado en comenzar su labor y comenzó Dios a comentarle los detalles de su cometido.

- En un humilde barrio se encuentra una mujer muy pobre, que con lo que trabaja apenas le alcanza para darles de comer, a sus hijos y pagar la renta.

Hay una señora mayor que le ayuda a cuidar de sus hijos mientras trabaja.

Pero su hija, tiene el cuidado de su hermano cuando van a la escuela.

Por lo que todas las mañanas van caminando juntos, pasando por el parque y algunos barrios hasta llegar a la escuela.

Su mamá procura con mucho esfuerzo darles lo mejor que puede a sus hijos.

Sin embargo casi no le queda tiempo para compartir con ellos.

A pesar de que los niños la entienden, desearían pasar más tiempo con ella.

Por esto vamos ayudar a esta familia, que con gran fe tanto la niña como su madre me claman pidiendo fortaleza y protección.

Es hora de brindarles algo más Martin y tú me vas a ayudar.

Veras Martín a una calles del parque hay una panadería y cafetería, claro que los conoces si es donde viven tus abuelos.

El dueño de la panadería es un señor muy amable, sin embargo no le ha ido muy bien en el amor por lo que no tiene familia.

Aunque añora enormemente el formar una en algún momento, su timidez y falta de confianza, la suprime con el trabajo.

Bueno ese momento ha llegado, por lo que tendrás que hacer es, tomar el lazo que lleva siempre la niña sosteniendo su pelo, procurar que te siga hasta la parte trasera de la panadería y depositar el lazo en la cesta de migas que el panadero deja afuera, debes hacer mucho ruido para que don Jorge salga.

Martin se sorprendió mucho de lo que Dios le estaba pidiendo sin embargo bien sabía que en el plan de Dios todo iría saliendo de maravilla, por lo que de inmediato Martín voló en rumbo al camino que tomaba la niña, en compañía de su hermano.

Martín Flint : Uniendo los lazosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora