Pas de Duex

Etoile

Siempre me habían gustado las artes.

Una simple danza hacia florecer hermosos sentimientos dentro de mí.

Mis padres jamás me apoyaron en ello.

Era una vergüenza para ellos tener un hijo tan delicado como yo.

Delgado, y con apariencia femenina.

Sería difícil que ellos apoyaran este loco sueño.

Pero mis amigos sí.

Ellos decían que tenía un gran futuro por delante.

Así que me ayudaban a pagar lecciones privadas.

Los ensayos eran duros y agotadores.

Pero cada logro me hacía sentir que volaba.

El ballet era mi sueño.

El simple hecho de lograr sostenerme sobre las puntas de mis dedos.

El realizar un pas de duex.

Todo eso hacía que vestirme de mujer valiera la pena.

Nada sería un límite si podía pararme sobre un escenario.

Deseaba tanto ser la Etoile.

Pero como Stagiaire, debía solo parame al fondo y realizar mis ejercicios en la barra.

Cosa que me fascinaba.

Podía bailar hasta 12 horas al día.

Me encantaba imaginarme sobre un escenario.

Imitando la gracia de un cisne al volar.

Soñaba despierto por horas.

A la espera de una oportunidad.

La cual tardo dos años en llegar.

Gracias a mis habilidades logre ser ascendido a Corifeo.

Tenía solo 15 años entonces, y por suerte mi cuerpo aún era delicado.

Creo que eso fue lo que llamo la atención de uno de los bailarines principales.

El famoso Eddie Gluskin presentaba su versión del lago de los cisnes esa temporada.

Había pasado tantos años admirándolo.

Desde que era solo un niño.

Deseaba tanto poder bailar para él.

Que me viera de entre todos.

Y...

Concéntrate Waylon.

Val tenía razón.

Pronto nos tocaría a nosotras.

Presentaríamos un Pas de Quatre.

Nuestro último examen de la temporada.

Además de la única oportunidad de entrar a la compañía del maestro Gluskin.

Val y yo siempre ensayábamos hasta el anochecer.

Se requería de una coordinación perfecta para este acto.

Pequeños y cortos saltos, tomadas de las manos.

Nuestros tutus se movían al son de nuestras caderas.

Mientras la música hacía eco en el estudio.

Con sonrisas perfectas terminamos el acto.

Un levantamiento de pierna y una inclinación.