UN YOUKAI ENAMORADO..... SESSHOMARU Y RIN

VIVIENDO... SIN EL

Habían pasado dos meses desde que dejara el castillo y todo parecía ir bien, excepto por los repentinos mareos y sueños extraños que la atormentaban con demasiada frecuencia, robándole la paz. Temerosa de que si se enteraban que estaba enferma le pidieran que se marchara, Rin mantenía su agonía en silencio. A veces los mareos eran tan fuertes que sentía ganas de vomitar pero con el pasar de los días se había vuelto una experta en ocultarles su condición a todos. Sentada frente a Jaken sepultó sus molestias en las profundidades de su mente ahora quería escuchar todo lo que su amigo tenía que contarle de Kali y Folken. El pequeño demonio iba a quedarse 3 días y aunque trataron de evitar el tema indudablemente terminaron hablando de Sesshoumaru y su pareja de sangre pura. Rin escuchó con atención como Jaken le describía a Sokoe con detalle.

"Rin estas segura?"
"Si estoy segura, por favor cuéntame como esta él, está feliz?"
"Si supongo. Pasan todo el tiempo juntos en los jardines o en la habitación!"

Jaken pudo ver la amargura que se reflejaba en el rostro de su amiga que al escuchar sus palabras se había puesto pálida de repente, tragando en silencio. Rin sentía otra vez nauseas y el corazón parecía que le iba a estallar dentro del pecho en cualquier momento. Imágenes de Sesshoumaru acostado con su mujer le llenaron el cuerpo de una extraña sensación que le nublaba la vista. Con una tos nerviosa aclaró su mente y decidió satisfacer su curiosidad a pesar de la ansiedad y malestar que eso le provocara, Jaken esperó pacientemente hasta que ella comenzó a hablar.

"Ya veo...Jaken como es ella?"
"P-pero Rin.. – al ver la cara de curiosidad de la joven Jaken cedió a sus súplicas – "Muy bien, ella es muy hermosa, tiene el cabello negro, tan largo como el del amo, es muy callada y siempre le pregunta al amo que es lo que quiere. Le gusta mirar fuera de las ventana por las noches.."
"Vaya... es una youkai muy poderosa verdad?...claro seguramente por eso la escogió...como sabes que ella mira fuera de la ventana en la noche, no me digas que la has estado espiando?"
"No Rin lo que sucede es que Sokoe-sama a veces tiene un extraño brillo en los ojos!"
"Jaken eso es porque está enamorada y feliz"
"Talvez, Jaken no sabe mucho de estar enamorado pero esa mirada me produce escalofríos!"
"Escalofríos? Explícate por favor!"
"Es que ella es muy complaciente con el Amo, pero cuando él no la ve ella tiene esa mirada tan extraña!"
"No seas tonto! Dale tiempo para conocerla mejor...tendrán perritos hermosos!"
"...!" – Jaken no pudo controlarse, quería evitar ese tema por varias razones y la más importante agitaba su fea cara frente a él como un fantasma cruel.
"Que sucede Jaken porque pones esa cara? Que fue lo que dije?"
"Esa mujer no es...!"
"Que pasa, esa mujer no es que?"
"Rin...esa mujer es una youkai lo-lobo!"
"..."

La choza se quedó en silencio por lo que parecieron minutos interminables Rin ocultaba su rostro bajo su larga cabellera y tenía las manos cerradas en un puño. Jaken percibía la respiración entrecortada y los dientes apretados con tanta fuerza que un suave chillido llegaba hasta sus oídos. Cuando Rin finalmente habló su voz era fría pero dejaba ver lo mucho que aquello le afectaba. Jaken hacía conjeturas mentales sobre como se podía sentir Rin en aquel preciso instante. Su propia muerte a manos de una manada de lobos era prácticamente lo único que doblegaba su espíritu. Aquel miedo tan devastador que guardaba en la parte más profunda y oscura de su mente, ahora se levantaba de su cama de olvido y le gritaba que la habían cambiado por una loba. La persona más importante para ella era feliz en brazos de una youkai lobo, aturdida por sentirse traicionada se llevó las manos a la cabeza con desesperación.

"Una youkai...lobo...pero...!"
"Rin..."
"Olvídalo no es tu culpa que yo sea insignificante!"

Las imágenes de su muerte se arremolinaban frente a sus ojos, creando un recuerdo tan vivo que Rin sacudió la cabeza en un intento por ahuyentar aquellos fantasmas. Quería saber si aquella mujer estaba embarazada, creía que si eso ocurría seria más fácil para ella olvidarse del príncipe. Sin embargo, ahora una mezcla de vergüenza, rabia, celos y dolor le revolvía las entrañas al imaginarse a Sesshoumaru durmiendo con aquella hermosa y poderosa youkai lobo. El dolor que apretaba su pecho parecía robarle el aire de su garganta, junto a ella Jaken no sabía que decir para recobrar su atención, él también estaba con los sentimientos revueltos. Jamás hubiera podido imaginar que extrañaría tanto a Rin mucho menos que le partiría, el corazón verla tratando de ocultar su dolor al saber que Sesshoumaru había escogido una youkai lobo como pareja. Apretando el báculo entre sus manos se dio aliento para hablar.

"...Rin estás bien?"
"Aja..!"
"En realidad yo quería saber...eres feliz aquí? Lejos de él!"

Rin no le contesto enseguida analizaba las palabras de su amigo una por una, estaba confundida respecto a sus sentimientos y le aterrorizaba confiar en alguien. Rin apretó los puños para contener las lágrimas, pero su tristeza era tan tangible que Jaken desvió la mirada para evitar que se sintiera peor. El pequeño sapo se regañó mentalmente por ser tan indiscreto, lentamente Rin acomodó los largos mechones de cabello fuera de su rostro y con una tímida sonrisa le habló a Jaken.

"Soy tan feliz como mi corazón me lo permite. Además no me iba a quedar en el castillo toda la vida, digo, hubieran tenido que enterrarme y eso hubiera sido inaceptable. Te imaginas? Una humana enterrada en el castillo del príncipe youkai más poderoso que existe"
"No es necesario que digas esas tonterías!"
"Ja ja ja ja ja no te enojes, pero sabes que es verdad!"
"Eres una niña tonta y..."

Rin lo miraba con ojos luminosos y una suave sonrisa como suplicándole que no siguieran hablando de Sesshoumaru. El demonio lo comprendió a la perfección, además cuando lo miraba de esa forma era imposible enojarse con ella. Aquel tierno semblante desvanecía cualquier sentimiento desagradable. Jaken se encogió de hombros y dio un resoplido.

"Ay pero que niña esta!"
"..."

Pasaron dos días más y durante ese tiempo no volvieron hablar de Sesshoumaru o Sokoe. Cuando finalmente Jaken se fue de regreso al castillo, Rin volvió a su rutina de mareos extraños y sueños con imágenes borrosas. Era la cuarta noche seguida que estaba levantada en medio de la noche, sudando, confundida y aturdida por las imágenes de su sueño. No podía ver con claridad pero el sueño era siempre el mismo. Sesshoumaru la llamaba una y otra vez, con una voz que expresaba dolor y sufrimiento. Sentada sobre el futón con la cara empapada en sudor analizó como habían sido esos últimos cuatro días. Los mareos eran interminables durante todo el día, el brazo izquierdo se le dormía por momentos perdiendo movilidad y sentía un ardor en el pecho que le picaba insistentemente. De pronto en medio de su malestar recordó las palabras de Jaken sobre la mirada extraña de aquella mujer. Aquellas palabras daban vueltas en su cabeza. El sapo no era demasiado astuto y el hecho que notara un cambio tan sutil en la youkai era justamente lo que la preocupaba. Quería saber porque tenía aquellos sueños recurrentes, más le inquietaba que Jaken se sintiera amenazado por la compañera de su 'Amo Bonito'.
Rin se limpió el sudor de la frente y respiró profundo mientras consideraba exactamente lo que Jaken le había dicho. El cambio en Sokoe era únicamente cuando Sesshoumaru no la veía. Distraída se llevó la mano al pecho, sentía una punzada muy leve como un dolor lejano. Luego acomodó el cabello y se acostó con la mirada fija en el techo. Ansiaba ver a Sesshoumaru más que nada en el mundo.

Me hace tanta falta que hasta estoy soñando que está triste, débil y que me llama para que esté a su lado...basta ya, él no te necesita!

Con una risa medio amarga medio resignada, se acostó sobre un costado tratando de conciliar el sueño, lo único que su mente le facilitaba era recuerdos interminables de sus viajes con Sesshoumaru a través de los años. Resignadamente dejó que una vez más sus ojos cedieran al impulso de llorar hasta que finalmente se quedó dormida.