CAPÍTULO 3.

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Tora llamó a Lucas, y vino con su coche a recogernos.

-¿Qué te ha pasado?

-Nada, sólo me encontraba mal.-Respondí.

Oí un ruido, era Tora, que se quedó en su estatura normal, los quince centímetros de altura y sus dos kilos de peso.

-Es por lo poco que descansas.-Tora se sentó en mi hombro.-Hoy ya no habrá entrenamiento.

-Gracias, estoy agotada. ¿Hay algo más que hacer aquí en España?

-No, sólo practicar el vuelo y el poder del agua, aunque no costará mucho. Ya hay que preparar todo para ir a Portugal.

-¿Y cómo nos iremos?.-Estaba muy confusa.

-Volarás por encima de las nubes, para que Corvus y el Leviatán no te puedan ver, y yo te iré guiando.

-De acuerdo. ¿Me prestas tu paga, Lucas?

-¿Qué paga? Te recuerdo que no hay nadie vivo para que nos den la paga.

-La que llevas guardando todo este tiempo. Desde qué papá y mamá...

-Tranquila. Te la voy a ceder, pero quiero que me lleves contigo.

-¡Es peligroso!.-Tora interrumpió la conversación.-Tiene que haber alguien que nos informe. Debemos saber si a El Leviatán sigue en España o nos está buscando, y si sigue habiendo una guerra.

-Suspiró.-Está bien. Sólo porque quiero tener a alguien siempre al lado de mi habitación escuchando a Pablo Alborán.

-Te quiero feo.-Lo besé la mejilla.-Necesito preparar las maletas.

Cuando llegamos subí corriendo a casa y saqué mi vieja maleta de debajo de mi cama y la abrí.

Estaba llena de mis viejos juguetes porque nos mudamos y no quería dejarlos en mi antigua "casa". Era la mejor "casa" en la que viví, una cueva.

Dejé de pensar en el pasado y saqué la poca ropa que tenía.

Nadie puede salir de casa por miedo, por si bombardean de nuevo, o por si El Leviatán salía.

Cuando terminé de meter todo lo necesario, con mi vieja muñeca incluida, pedí el dinero a mi hermano.

-Lo tienes todo aquí, Kate. Son 800 euros. Cuídalos bien, y aún más a ti.

-Gracias.-Lo abracé.

-Lucas.-Lo llamó Tora y le ofreció una especie de pendiente.-Te comunicarás con ella a través de esto.-Me ofreció el sobrante a mí.

Nos lo pusimos ambos y me marché.

-Tienes que volar recto y alto. No hemos podido entrenar por falta de tiempo, pero seguro que te saldrá todo muy bien.

Eso hice, alcé el vuelo y subí hasta pasar las nubes. Todo el cielo estaba inundado de rosa.

-¿Cómo vamos a ir a Portugal sí no vemos nada?.-Pregunté.

-Si Portugal está al este, y está anocheciendo... No habrá más que ir al contrario del sol... Creo. ¡Bueno, tú sigue recto y punto! A no ser que prefieras ser cagada por un dragón-ballena.

-Esto... Eres anormal. ¿Por qué no te sacas alas como yo? ¿No podías cambiar de tamaño y de aspecto?

-¿Por qué no mejor soy un dragón?.-En cuanto dijo dragón se calló.

-¿Qué pasa?

-No hemos domesticado un dragón aquí... Abajo de nuevo...

-Menos mal que acabamos de empezar.

-¡No, no, no! El líder estaba cerca de la frontera de Portugal-España.

-¿Karma?

-El karma. Será por todo lo que sufriste. Ya sé, quédate un centímetro bajo las nubes. Algo tendremos que ver.

Pasaron dos horas y allí estábamos.

Había muchos dragones, en comparación de mi tierra natal y aquella maldita ciudad en guerra en la que vivía.

-Hazte dragón, nos pueden atacar.

Así hizo. Se convirtió en un dragón blanco y todos los dragones de ahí pasaron de nosotras.

-Parece que está ahí el líder, o que vive ahí.-Señalé una cueva que había en la montaña.

-Vamos.

-Tengo miedo Tora.

-No pasa nada, yo estaré ahí. No puedes hacer nada de ruido. Que no se oiga ni que respiras.

Entré en la cueva, esta vez volando por mí misma, y con Tora en mi bolsillo.

Subí a aquel gigantesco dragón, me aferré a él, y alzó el vuelo, según me comentó Tora.

-¡Cuándo regrese a esta cueva, ya será tuyo!.-Tora gritó.

Hizo miles de piruetas, vueltas, y de todo con tal de desengancharme de él.

Regresó a la cueva, se paró y agachó la cabeza.

Sonreí, miles de emociones pasaban por mi cabeza. Una huérfana, pobre, dueña de un dragón inmenso.

-Os comunicaréis pero no podrán hablar ninguno de los dragones.

-Necesito la ayuda de tus pequeños.-Le dije.

El dragón soltó un estremecedor rugido, y los pequeños se levantaron y alzaron el vuelo.

Todos los dragones de ahí nos seguían. Me sentía la reina del mundo.

Nos dirigíamos a Portugal, con decenas de dragones blancos, al igual que su líder. Tora se transformó en dragón, y voló a nuestro lado.

Se llamará Deus.

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By: WILLYPANDY777.

Sé que he tardado, pero ayer no pide subir, así que lo he hecho más largo.

GRACIAAAS!!

Entre dos mundos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora