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El chasquido de los dedos volteando el pie de página resuena como ecos en la biblioteca, un par de estudiantes están bastantes concentrados en su lectura, apurados con anotar toda la información que necesitan en sus cuadernos.

Jimin solo puede ver de reojo el ambiente en el lugar, pues no era capaz de concentrarse su mente estaba demasiado ocupado por esperar en que momento aquellos chicos se retiraban para que el quedara en sus manos de él.

Yoongi se encontraba en el otro extremo sentado entregado por leer también, jimin lo miro con suficiente cautela para que el joven de cabello azabache no se diera cuenta.

Mentiría si dijera que no tenia miedo, el suficiente miedo para gritar y desahogar por todo lo que estaba pasando y además por todo lo que sucedería después.

Conocía exactamente bien las ordenes y las reglas del peligroso juego que yoongi le había otorgado. Lo que menos quería era sentir mas dolor y era un pánico, algo increíble, algo que ni jimin podía explicar.

¿Cómo era posible?

Como era posible que una persona a tan temprana edad fuera capaz incluso ser feliz con disfrutar el sufrimiento de otra persona.

No comprendía todo lo que ocurría y eso era incluso lo que mas lo llevaba a un borde de desesperación.

La buena noticia era que con su mejor amigo estaría tranquilo de su seguridad, que los trabajos y los proyectos que tenia de tarea los manejaba bien. Era un peso menos encima.

Cerro el libro que acariciaba delicadamente con sus dedos la portada mientras echaba la última vista hacia yoongi.

Habito, costumbre…

No sabía. no sabia en que momento y sin querer sin pensarlo o imaginarlo, podía decir que comprendía ciertas cosas de yoongi, con tan solo analizar sus ojos, sus movimientos incluso su tono de voz, podía tener idea de lo que él ordenaba o a que se refería.

Era bizarro.

Además, por alguna extraña razón los amigos de taehyung dejaron los últimos días de molestarlo incluso a hablarlo o si quiera verlo, habían perdido ese interés, ahora parecía que yoongi había quedado con ese cargo de hacerle la vida cada vez más miserable.

Y por desgracia hacia los golpes, humillaciones e insultos, jimin ya se había acostumbrado.

Conforme el tiempo pasaba sin que jimin se diera cuenta, el par de jóvenes se habían marchado dejando a jimin y a yoongi solos.

Trago saliva amargamente y se levantó con cuidado de la silla para devolver el dicho libro en su lugar.

Volvió al centro de la biblioteca, observando a un costado a yoongi quien seguía muy metido en sea lo que sea que estaba leyendo.

Y el simple echo de no irse era porque sabía que después su acción seria recompensada por castigos, crueles castigos.

Observo juntando sus pequeñas manos y tratar de tranquilizar sus nervios, yoongi por fin cerro el libro terminando de leer y alzo su vista lo cual hizo a jimin empezar a temblar de miedo.

—Ven jimin, siéntate.—

Lo llamo suavemente dejando el libro a un lado. El menor obedeció.

Yoongi lo mira fijamente, con esa emoción brillante ardiendo en sus ojos, lo cual hace pasarla un inquietante escalofrió por todo el cuerpo a jimin.

—Tu ropa—
Susurra yoongi.

Jimin aprieta sus labios no comprende. Bueno todo lo que viene o dice yoongi no puede comprenderlo.

|The pleasure of your innocence.| (Yoomin+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora