Hoy volví a despertar, tuve otro sueño donde estoy en aquella oficina del trabajo, contestando esa llamada de aquella mujer que respira al otro lado sin siquiera contestar. Continuo pensando si en realidad soy yo tratando de hablar conmigo mismo sin encontrar las palabras necesarias.
Traté de no pensar demasiado, después de todo somos animales de carne y hueso intentando descubrir quienes somos sin ningún éxito aparente. Las personas cada día se conocen a si mismas un poco más, he oído de muchas personas que buscan evitar quienes son realmente, que no les gusta en quienes se están convirtiendo, quizás soy una de ellas. Una que entre tanta soledad prefiere ignorar el origen de su problemática aislandose de si mismo. Me levante como de costumbre observandome al espejo de mala gana con mil incógnitas sobre lo deprimente que es ver tu propio reflejo y no tener ninguna emoción que demostrar. ¿No es gracioso? ¿El criticarte a ti mismo sin hacer mucho al respecto? ¿El sentir depresión y estar reclutado en tu habitación por cuenta propia? No, no es gracioso, es algo deprimente que desearía olvidar. Otra vez oí el mensaje de voz de Nancy, la anciana de la oficina, deseandome un buen día, es una pena que ya no siga con vida, verdaderamente la unica persona que logró alejarme de mis inquietudes por un buen tiempo.
Me dirigí como siempre por la calle Alén, como cada mediodía aquel labrador dorado me siguió hasta el trabajo, se veía tan contento de estar a mi lado que incluso parecía estar en mi misma situación. Ambos queremos compañía y a la vez buscamos ser libres, cuando entro por esa puerta del edificio volteo a mirar mientras el decide irse a quien sabe donde. Solo soy un delirante o tal vez alguien detrás de algo mas grande que una opinion, una idea o un pensamiento. Pero claro ¿A quien quiero engañar? Estoy completamente solo, soy simplemente un limpia baños con sueños frustrados, nunca llegué a cumplir mis metas, todavía recuerdo cuando era pequeño deseaba tanto ser alguien que destacará del resto como alguien importante para la sociedad. Un medico con el poder y la sabiduria de salvar una vida humana, un científico con la oportunidad de descubrir la cura a una enfermedad. Pero siempre tuve una desventaja al momento de invertir todo mi tiempo en el futuro, una de la cual muchos padecen, las opciones.
La vida esta llena de caminos que nosotros nos creamos, como este colectivo que me lleva devuelta a casa por las noches, el chofer tal vez encuentre un accidente automovilistico en la calle Córdoba, sin embargo, el decidirá cancelar el viaje de sus pasajeros o podría ser perseverante y esperar a la mínima oportunidad de tomar otro camino hacia su destino. Así somos nosotros, somos el chofer que lleva personas en un transporte llamado vida, padres, hermanos, amigos, parejas. Ellos están a nuestro lado en aquel viaje hacia nuestros deseos, cuando encontramos un obstaculo, algo que nos detiene, algunos bajaran de aquel colectivo alejándose de nosotros. Los que desean seguir con nosotros allí seguiran, otros querrán encontrar soluciones antes que nos demos cuenta de una, pero está en nosotros pedirles que se bajen para quedarnos solos y estancados o retomar un camino distinto hacia nuestros objetivos.
Mientras miraba mi película de terror favorita me dije algo inesperado. ¿Alguna vez te has sentido un zombie? ¿Te lo has cuestionado? Ellos se alimentan de la gente, así como la sociedad se alimenta de la misma. Están muertos por dentro e intentan consumirnos para beneficiarse de alguna forma, un constante parasitismo. Es triste pero cierto. Un agresor que golpea a otro estudiante delante del publico que observa la situación y no hace nada, el quiere humillarlo, hacerlo sentir débil e indefenso ante alguien con poder. ¿Te has sentido ese estudiante? Los agresores siempre quieren Demostrarte que estas completamente solo mientras piensan que pueden pisotearte, como aquellas miradas juveniles riendo, disfrutandolo, otras incluso alentando nuestra derrota. Los zombies se hacen mas fuertes cuando nos superan en numero. ¿Alguna vez hemos disfrutado del dolor ajeno? ¿De su desesperación y necesidad? ¿Alguna vez hemos sido un zombie? Ahora es demasiado tarde para sacar conclusiones que formaran un debate mayor. Es hora de dormir.David.
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El diario de los solitarios
RastgeleDavid se siente una persona distinta cada dia, donde su personalidad muta a otra muy distinta olvidandose de las anteriores al despertar. Su vecina, Laura, descubre esta anomalía al leer cada página del diario de David, la cual es arrancada y arroja...