Capítulo 2.

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Stan frunce el ceño, sus pupilas avellana se clavan en los ojos índigos y entonces niega con la cabeza: —No, no me arriesgaré de nuevo, Louis. Desobedeciste mis órdenes.

—¿Otra vez con lo mismo? — pregunta fastidiado, sus ojos volviéndose blancos—. ¡Si no hubiese peleado contra él hubiera acabado con Sam!

—Corriste con suerte al momento en que te tocó un beta, ¿qué tal si Sam hubiera peleado con un alfa? Sigo siendo tu superior, Louis, y desobedeciste mis malditas órdenes. Nunca debiste enfrentarte en combate cuerpo a cuerpo. Además — agrega con un par de pupilas que irradian molestia —, no es la primera vez que lo haces. Solo porque tuviste, afortunadamente, y muy afortunadamente, una ventaja una vez sobre un alfa no quiere decir que siempre será así. No puedes ir por ahí combatiendo uno a uno en el campo de batalla.

—¡Vale! — exclama azotando sus brazos contra sus costados — A la otra simplemente dejo que le partan el culo a Sam y ya está, ¿no? ¡Stan, por dios, yo también me sé defender! ¡Me necesitas en la misión! ¡No me puedes dejar! Además, tú mismo has dicho que habrá puros betas en esta ocasión.

—Y aun haya dicho que solo habrá omegas, no vas a ir, Louis. Estás suspendido de esta misión. ¡No puedes seguir actuando como un niño! Si te tengo en las alturas es porque me guías a mí y al resto del equipo, me eres más indispensable arriba que abajo. Además — añade con un ceño fruncido y un tono grave —, ¿qué tal que mientras bajabas a ayudar a Sam otros más del equipo hubieran necesitado verdadera ayuda? Cualquiera de nosotros pudo haber ido a socorrerlo si lo hubieras dicho ¡Para eso son los jodidos comunicadores, Louis! Y en todo caso —gruñe permitiendo a sus pupilas tornarse amarillentas —, si tuviste que recurrir a pelear cuerpo a cuerpo fue porque te quedaste sin municiones, ¡¿quién jodidos va a la guerra sin armas?!

Su omega chilla internamente, es la primera vez que Stan le habla de esa manera. Sin embargo, aun así Louis aprieta sus puños con fuerza, sus labios en línea recta, apretujados, obligando al omega a mantener la boca cerrada, sus ojos se clavan en el suelo con el ceño levemente fruncido. Sabe que se equivocó al no revisar si tenía las municiones necesarias, sabe que le pudo haber costado la vida de Sam o de cualquier otro de su equipo, lo sabe a la perfección y no es necesario que Stan se lo restriegue en la cara.

—Lo siento, ¿de acuerdo? Sé que la cagué, pero no me podías pedir que dejara a Sam ahí solo — masculla.

—Sam es un puto alfa, Louis, él no es-...

—¡¿No es qué, Stan?! — interviene Louis con unos ojos índigos brillosos de ira, su ceño se frunce y siente un picor en su garganta: —¡Dilo! — alienta.

—¡No es un jodido omega indefenso como tú! — escupe mirando fijamente a los ojos azules del otro, su rostro es serio y firme, ni un solo tinte de vacilación se presenta en él.

Louis muerde su lengua, se rehúsa a cerrar los ojos porque sabe que si lo hace sus lágrimas caerán y es lo último que quiere. Inhala profundo y deja salir todo el aire que hay en él: —Eso es lo que siempre has creído de mí, ¿no es así?

Todas las defensas de Stan caen al escuchar la tenue voz de Louis, relaja sus hombros y su mirada poco a poco. Se acerca con cautela al omega, avanzando solo dos pasos más. —Louis, eres de las personas más importantes en mi vida, lo sabes, ¿no? Pero soy tu superior y no puedo tener condescendencia contigo. Eres mi mano derecha, y me costará un huevo estar ahí sin ti, sin embargo, también debo de poner orden. No puedo permitir que te expongas de esa manera porque si te pasa algo yo no sé qué haría. No creo que seas débil, amor — dice acariciando la mejilla bronce del castaño —. Sé que eres valiente, eres el puto omega con más personalidad de alfa que conozco, pero desafortunadamente, todos tenemos limitaciones. Por favor, acata esta orden no como tu superior sino como tu amigo — pide depositando un beso en la frente del menor —. Debo confesarte algo — susurra cerca de su oído —, si me haces elegir entre tú y Sam o entre tú y cualquier miembro del equipo siempre te elegiría a ti, amor.

хазар (Hazard) - Larry StylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora