最初 🌸

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La semana que entra estaría completamente abarrotada de exámenes en la escuela y tenía que aprobarlos todos. Me dedicaría a estudiar cada momento libre que tuviera, evitaría las fiestas, las salidas y las siestas por la tarde por más que me doliera, pero la responsabilidad estaba primero... además de una que otra amenaza por parte de mi querida madre diciendo que si no aprobaba, me quitaría el móvil, las tarjetas y el auto, y eso sí que definitivamente no podía permitírmelo. No se me dan tan mal los estudios, es la enorme flojera que me cargo diario lo que me jode y por eso tengo malas notas. Soy conocido por mis amigos como un vago que sólo gusta de dormir y tiene el sueño demasiado pesado... De seguro fue por eso que Minhyuk le da un paro por la sorpresa cuando rechacé ir a su casa a jugar videojuegos esta mañana en la escuela porque le dije que tenía que estudiar. Estuve tan tentado a decirle que sí, pero no podía, tengo una responsabilidad, un móvil, dinero y un auto que mantener conmigo.

-¡Ya llegue!- grité apenas entré a mi hogar llegando de la escuela. Me quité mi chaqueta y la colgué en el perchero. Dejé mis llaves en la mesa de centro frente al televisor en la sala de estar y fui a la cocina a buscar a la responsable de que esté aquí y no en casa de mi mejor amigo.- ¿Mamá?- pregunté asomando mi cabeza por la puerta de la cocina. Grande fue mi sorpresa al ver aquel lugar completamente libre de algún otro ser humano aparte de mí. Me adentré impulsado por el olor a pastas recién hechas y pude ver una nota pegada en el refrigerador.- "Cariño, estoy en casa de Suzy, volveré mañana en la noche o el domingo en la mañana. Estudia mucho o ya sabes. Te amo. Hay comida en la estufa y la heladera, no te la acabes toda en un día. Cuídate."- leí en voz alta. Suspiré aliviado y alegre. Hoy era viernes y podría flojear un rato antes de ponerme a estudiar aprovechando que ella no está aquí para vigilarme. Boté la nota a la basura y me serví de comer. Mientras engullía las deliciosas pastas hechas por mi madre, pude sentir mi teléfono vibrar en el bolsillo trasero de mi pantalón, lo saqué y vi que tenía unos mensajes nuevos.

Cinco mensajes nuevos de "MinMong"

Dos mensajes nuevos de "Omma Kiki"

Un mensaje nuevo de "Honey"

Cuando leí el último nombre, los otros dos dejaron de importar y me dispuse a leer primero su conversación con más emoción de la que debería.

"Hola bebé, tengo la tarde libre y Min me contó que no vendrás a su casa así que planeo ir a verte."

Sonreí como idiota, era tan tierno todo el tiempo. "Honey" o más bien, Jooheon , es mi novio desde hace casi año y medio, mi madre lo sabe y está completamente encantada con Jooheon ya que, según ella, es un excelente muchacho y además muy guapo. Era muy atento, muy lindo, muy tierno, muy amable, muy encantador, muy varonil, muy sexy... muy perfecto. Y lo mejor de todo, sólo mío. Tenía unas inmensas ganas de verlo, pero sabía mejor que nadie en qué terminaban la mayoría de sus visitas y yo tenía que estudiar, así que, con el dolor en mi alma, tendría que negarme.

"Hola, Honey. Me encantaría verte, pero tengo cosas que hacer... mejor nos vemos el domingo cuando vengas para almorzar con mi madre."

Cada domingo ya era costumbre que mi novio viniera a hacernos compañía a mi madre y a mí durante toda la tarde, yo era feliz de la buena relación que llevaban y ella era feliz de tener alguien más a quien alimentar. Siempre le había gustado mucho cocinar y desde que mi padre se fue con otra mujer, a mis cinco años, sólo hemos sido ella y yo. Claro que eso fue antes de conocer a Minhyuk, Hoseok y Hyungwon, con quienes se llevaba de maravilla. Kihyun y Shownu no venían tanto a mi casa, pero igual les agradaba mi madre y a ella mis amigos. Terminé de comer y dejé el plato en el lavaplatos, más tarde lo lavaría... si me acordaba. Mi celular volvió a vibrar encima de la mesa y suspiré un poco nervioso. Yo jamás le negaba a Jooheon una visita, sólo cuando estaba enfermo o molesto y él era muy celoso. Seguro se piensa que estoy con otro... si supiera que todas mis pajas van dedicadas a él desde que aprendí a hacérmelas. Lo sé, soy un romántico. Como imaginaba, era un mensaje de él, más bien, cuatro.

¡Déjeme estudiar, Hyung! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora