6:15, suena la alarma, bañarme, arreglarme, salir corriendo de mi hogar porque estoy llegando tarde a clases, estar alrededor de diez horas escuchando a un profesor, sentir que estoy fracasando académicamente, quedarme sola en los recreos. Suena el timbre de la salida de clases, soy la primera en irme, tomar el bus, media hora hasta mi casa, llegar, darme cuenta de que estoy sola, irme a mi habitación, dormir toda la tarde y al momento de despertar, no poder dormir durante toda la noche. Y así son todos los días, nunca varía, lo único que alguna vez ha cambiado es que he logrado llegar temprano. Quizás soy yo, estoy tan metida en la rutina que quizás no soy capaz de verle algún tipo de lado positivo a la vida, pero, ¿Quién podría ver la vida de otra forma mientras fracasa en todo lo que hace? Llámenme negativa, pero desde que las clases han iniciado junto a la rutina, ya no soy capaz se sonreír como cuando era verano.