Justo en frente de mi padre estoy, no me di cuenta a qué hora me desperté, lo único que sé que estoy desayunando justo en frente de él, es un hombre alto con su piel un poco bronceada y su pelo negro como la noche, con unos ojos color café que casi le atinan al negro. Todo es silencioso, casi no nos dirigimos la palabra, cada quien está pensando en su mundo, de repente suena el reloj de la pared de la cocina, y ambos volteamos a ver la hora, 7:00 a.m. luego sin decir una palabra seguimos desayunando. Me levante de la mesa, recogiendo mi plato pera llevarlo a lavar, seguida por mi padre. Salimos de nuestra gran casa que parecía una mansión como las que salen en las películas de terror, aunque esta no causaba miedo. Nos subimos al auto, y el empezó a conducir en dirección al instituto en el que yo asisto. Mientras el transcurso del camino, yo voy escuchando música, y veo los árboles que pasan justo al lado del coche. Una media hora más tarde, o eso al menos yo pienso que paso, el auto de mi padre se estaciona en frente del instituto para que yo bajara. Abrí la puerta para salir del coche.
-Que tengas un buen día- lo dijo sin ninguna expresión en el rostro y viendo hacia la carretera.
-Gracias- susurre y cerré la puerta-
Camine a la puerta principal, buscando con la mirada a mi mejor amiga. Valeska Johnson. Nos conocemos desde que tengo memoria. Es una chica de mediana estatura, con tez blanca y su pelo castaño claro con sus ojos claros color café miel. En cambio yo soy más parecida a mi padre, herede su pelo negro, pero el mío es un poco chino, y sus ojos oscuros, pero mi piel es pálida. Sin darme cuenta, ya casi estaba entrando a la clase del señor Thomson. El maestro de matemáticas. Que irónico, una de las materias que no me gustan, y con el maestro más estricto de todo el instituto, me toca a primera hora. Me adentre al salón. Buscando mi silla con la mirada y me dirigí hacia ella. Y me recosté en mi escritorio. En eso tocaron el timbre, y el profesor empezó a hablar. No le puse mucha atención, tenía mucho sueño. No recuerdo mucho, ni a qué hora me acosté, ni a qué hora me levante hoy, ni que fue lo que hice ayer. Nada. Como si no hubiera pasado el día de ayer.
-Señorita Jones, quisiera poner atención, en lugar de dormir en mi clase, o quiere que la saque de mi salón.- en eso levanto la cabeza rápidamente.
-lo siento, señor Thomson, no volverá a ocurrir.- mis compañeras soltaron unas risitas.
-Me asegurare de eso, así que quiero que hagas…- fue interrumpido, por causa de que alguien toco la puerta. – Adelante- y la puerta se abrió.
-Disculpe profesor, ¿Puedo pasar? – era la voz de mi mejor amiga, Valeska, o como yo la llamo, Val.
-Señorita Johnson, no le preguntare lo de todos los días. Para que me molesto. Pasa rápido.- dijo con su voz dura. Y Val entro rápido al salón. Se dirigió a su asiento que está justo al frente del mío.
-Hola Lea- susurro.
-Hola Val- le conteste en el mismo tono de voz.
Todo en el instituto paso igual que todos los días, lento y aburrido, pero sé que vale la pena ir. Llego la hora de salir a nuestras casas. Antes de hacerlo, primero fuimos a nuestros casilleros, a recoger nuestras cosas. Salimos y todos ya estaban afuera. Como si hubiera una bomba en el instituto y nos pidieran evacuarlo, así era como salían, así de rápido, o hasta más, y en este caso la bomba era el aburrimiento que causan algunos profesores. Comenzamos a caminar hacia el estacionamiento, ahí era donde estaba el coche de Val. Nos subimos al coche, ella en el asiento del conductor, y yo en el de copiloto.
-¿Por qué tan callada, Lea?-
-No sé, no tengo nada inteligente que decir- sonreí-
-No tiene que ser inteligente, no es la escuela- rio leve-
-Tienes razón, entonces diré cosas sin sentido de ahora en adelante-
-¡Exacto! Ya estas aprendiendo- sonríe y finge limpiarse una lagrima- estoy tan orgullosa de ti-
-reí- De acuerdo, ya vámonos-
-OK- el auto de color azul comenzó a moverse por la carretera- y… ¿tu padre sigue siendo el mismo gruñón de siempre?
-supongo- suspire- ¿Por qué la pregunta?
-Nomas. Oye vamos a ir a una fiesta este fin de semana.
-¿Vamos?- la mira incrédula.
-Claro, tienes que salir, además no quiero ir sola-
-Val… sabes que mi papa no me dejara salir.-
-Ash como odio al gruñón de tu padre- gruño Val.- de repente apareció en su rostro una sonrisa de que se le había ocurrido una idea-
-¿Qué piensas hacer?
-Ya lo veras- dijo mirando fijamente el camino y sin quitar su sonrisa de su rostro-
En casa de los Johnson. Podría decirse que son la familia del año. Cuando nos los conoces, claro. Solo son Valeska, su madre y su padre, bueno y un hermano, pero a él no lo he visto desde hace como unos 8 años. Pero yo digo que no son la familia del año o una familia unida, cada quien está por su cuenta. Su madre casi siempre está de viaje, y su padre siempre en su trabajo de abogado. Y bueno su hermano, Josh, él no sé dónde se encuentra, ni Val lo sabe. Entramos a su casa. Bacía. Como siempre. Subimos hasta su habitación, y deje mis cosas en el piso. Nos sentamos en su cama.
-Todo siempre tan aburrido- suspira-
-El aburrimiento es una enfermedad muy contagiosa, casi todas las personas la tienen-
-ríe- ¿Hay cura?
-No, no la hay, todavía los científicos la están buscando- ambas comenzamos a reír como unas locas-
-¿Salimos? A ver que encontramos de sospechoso-
-mm… ¿Cómo detectives?
-Claro, porque no- sonríe-
-no creo que sea buena idea – hago una mueca-
-no seas aguafiestas- hace un puchero-
-Bien. Tú ganas. Vamos, no hay nada de malo-
-¡Vamos!- dijo y me jalo de la muñeca.
Salimos de su casa. No era una casa muy grande. Era muy hermosa y cómoda. Salimos sin una dirección específica. Ya estaba medio oscuro, la unica luz solo eran las de las lámparas que iluminaban las calles. Había un señor parado en la esquina. Estaba de traje, por lo que pude ver, parecía esperar un taxi. Al parecer Val también lo vio y se le hiso extraño y cambio de dirección.
-¿Qué pasa?
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El mundo desconocido.
Teen FictionLea Jones, es una muchacha de 16 años de edad. casi no tiene amigos solo su mejor amiga Val. Lea esta experimentando algunos cambios en su vida que no logra a entender. poco a poco se va dando cuenta del porque no encaja muy bien en el mundo conocem...