Steel Flowers ↦BlackPink.

I

— ChaeYoung, apúrate.

— Rosé, unnie, Ro-sé.

Indicó la de deteriorados cabellos rojizos, ahora de un rosado pálido a su compañera. Ambas habían pasado ya bastantes años juntas dirigiendo aquella mafia, por lo que tenían bastante confianza la una con la otra y aquellos tratos eran bastante comunes entre ellas.

     Ambas chicas se encontraban caminando por los pasillos de aquel bar en dirección a la sala de juntas de la mafia a la que esperaban encontrarse, intentando no llamar mucho la atención y pasar completamente desapercibidas para hacer todo más sencillo y sin problema alguno; de acuerdo al plan.

     La castaña recibía la información gracias al pequeño auricular que se encontraba en su oído, que le ayudaba a planificar sus movimientos y acciones, para después de unos segundos caminando llegar a aquella entrada que se encontraba resguardada con dos guardias a los lados.

— Yo me encargo de esto.–susurró Rosé al oído de Jennie antes de lanzarse a los brazos de uno de los guardias.— Hey. ¿Qué tal?

     Ambos guardias se quedaron desconcertados ante la repentina acción de la pelo rosa y la manera en la que alargaba sus palabras de manera coqueta, sin embargo Jennie no estaba para juegos, estaban ahí para algo y lo lograrían, rápido y fácil.

— Vamos, no hay tiempo.

Habló la castaña pasando por sobre los cuerpos inconscientes de aquellos guardias que ahora se encontraban en el suelo gracias a los dardos sedantes que les había proporcionado la castaña mientras Rosé intentaba distraerlos con sus 'encantos'.

     El eco de dos pares de tacones altos resonaban por el largo pasillo alumbrado con tenues luces de tonalidad amarilla, que llevaban hasta una puerta de madera en la que se podían apreciar algunas decoraciones talladas en ella, y una manija redonda dorada con relieve en ella, que fue girada hacia la derecha por una mano bastante fina.

     En el interior, la luz color amarillo estaba encendida de manera tenue, que solo dejaba ver en el centro de la habitación una mesa cuadrada de madera oscura bastante elegante con un mantel redondo de encaje color blanco al centro de la mesa donde reposaba sobre el un jarrón color hueso que llevaba una rosa y un girasol marchitos en el.

— Mierda...

Susurró la castaña para si misma antes de que todo se volviera completamente oscuro para las intrusas de aquella habitación...las habían descubierto, y ya no tenían nada por hacer.

     Nada más que esperar.