PRÓLOGO

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Trataba de controlar mi respiración, mis pulmones ardían, cada movimiento que efectuaba era cada vez más y más desesperante. Y pese a ello, no pararía de correr.

No hasta encontrarlo.

Hasta estar seguro que él estaba a salvo.

Era mi misión, bajo ninguna circunstancia debía de estar en peligro.

Y aún así, ya podía ser demasiado tarde...

No.

Cerré los ojos con fuerza mientras intentaba equilibrar mis respiraciones con los pasos que daba. No podía dejarme llevar por suposiciones inciertas, no habría ningún beneficio en ello y si quería encontrarlo debía controlarme antes de hacer alguna estupidez.

Me detuve debajo de una farola frente a su calle y di una gran bocanada de aire.

Mat había desaparecido la noche anterior sin dejar rastro.

Nadie estuvo con él cuando sucedió.

Se suponía que nunca debía dejarlo solo, eso era lo único que se me había pedido y ahora, por mi negligencia y mis estúpidos sentimientos, lo dejé en la mira de quienes estaban detrás de él.

Caí de rodillas mientras luchaba contra los sollozos que comenzaban a subir por mi garganta.

Todo esto es mi culpa.

Debí de ser más cuidadoso, debí de tomar más en serio mi trabajo y definitivamente, debí de evitar enamorarme de él.

—¿Dónde estás?

Mi voz se rompe en pedazos ante dos simples palabras.

Dos palabras que Mat no me podía responder.

Amor En CubiertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora