ÚNICO CAPÍTULO

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Era un día particularmente soleado, toda la semana había estado nublado o simplemente parecía que llovería en la mañana y al final nada. Un clima bastante extraño.

Eso le hacía a Jungwoo la vida feliz. Desde hace un mes había estado practicando fútbol, pero gracias al clima, no había tenido mayor oportunidad de hacerlo, y Jungwoo quería practicar fútbol.

Incluso su entrenador había dicho algo como: "Lo haces bien Jungwoo, pero deberías practicar más, te falta algo de... dominio al balón".

La manera en que su entrenador lo dijo fue bastante suave y comprensiva, pero el aprendiz sabía que era una mierda jugando fútbol. Es decir, no era como si su mejor asignatura en el colegio fuera deporte, prefería quedarse en clase o caminar alrededor y más que nada, no sudar. Ahora, mientras era un universitario se dio cuenta de la gran importancia que tenían los deportes. Y tal vez, solo tal vez, soñó que estaba jugando fútbol como todo un profesional. Claro que la realidad era una cosa distinta.

Por eso, gracias al día soleado decidió ir a practicar fútbol, sabía que probablemente sudaría un montón pero los días soleados lo hacían sentir mucho más animoso y sobretodo inspirado para hacer cualquier cosa. Cuando llovía simplemente se sentía como pesado, y últimamente estaba siendo propenso a enfermarse, lo que menos quería era tener gripe. La cosa estaba algo jodida.

Jungwoo agradecía en el alma vivir en un distrito bastante ecológico y verde, había un montón de parques cerca de su departamento y en sí, el ambiente era bastante tranquilo, los vecinos no hacían más escándalo que al momento de usar un carro y a veces le invitaban comida, lo cual sumaba bastantes puntos.

Se vistió rápidamente y agarró su pelota, llaves y una botella de agua. Mientras llevara menos cosas, mejor aún.

El ánimo empezó a decaer cuando se dio cuenta que el parque más cercano a su casa estaba lleno de niños jugando y chicos jugando básquet. Que por cierto, podría pasar por cualquier cosa menos básquet, es decir, ¿no se supone que hay algunas reglas al momento de pasar el balón?

Decidió caminar algo más y era exactamente igual. En absoluto esperaba que todos tuvieran el mismo ánimo y las ganas de salir afuera. Era como si el mundo le dijera: "¿Querías practicar? Pues te jodes, todos queremos jugar" y con una carita feliz como esas de las que te ponen las chicas cuando están celosas pero no quieren que te des cuenta que lo están.

Ya estaba por rendirse y jugar en su departamento, tal vez y la pelota le caía al televisor y así tendría el departamento solo como para ir a dormir y filosofar un poco acerca de su estilo de vida y soñar qué haría Oliva...Oliver, el niño amputado que soñaba que campeonaba en fútbol. Bueno, mejor no pensar en eso.

Pero se encontró con un parque bastante bien cuidado, no habían muchos niños cerca, es decir, habían tres y estaban jugando a la mamá, al papá y al amante o al hijo, lo que sea; y no había nadie jugando en el terreno, muchísimo mejor para practicar por sí mismo. Por si no lo había dicho, sip, hoy era domingo. Día libre para el entrenador y las clases de fútbol, entonces, ¿qué mejor que practicar solo?

Dejó el decaimiento atrás, es decir, si te pones triste obvio toda la mierda se te viene encima y ya no quieres ni dar de alimentar a tu perro, aunque eso es crueldad animal pero ya qué. Asi que decidió dejar eso y animarse un poco el día. Al principio intentando hacer los pasos fundamentales, o al menos lo que recordaba de ellos.

¿Había dicho que practicaba con niños? ¿No? Bueno, practicaba con niños, sí, era un poco desalentador, los niños jugaban incluso mejor que él. Pero lo que sí le gustaba de eso, es que a diferencia de los niños que recién andan creciendo y desarrollándose, Jungwoo sí podía ver los resultados de sus esfuerzos. Sentía como si sus piernas se hubieran vuelto más duras y tal vez, solo tal vez él hubiera estado realizando los ejercicios básicos en su casa, ya saben, todos los ejercicios que impliquen sus piernas, pantorrillas. Podíamos decir que podía romper un cráneo con sus piernas... bueno, ni tanto, pero algún día.

𝓰𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪𝓼 𝓪 𝓵𝓪 𝓹𝓮𝓵𝓸𝓽𝓪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora