El reto

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Observo la casa tratando de ver hasta el polvo acumulado. Thomas, mi mejor amigo, esta a mi lado, mirándome entre divertido y aterrado.

Él me había retado a entrar a esa casa abandonada, donde un muchacho se suicido hace como tres años. Yo no creo en fantasmas, a parte de que...son fantasmas, no te pueden tocar. Así que acepté, y Thomas me convenció de llevar agua bendita, y sal. Aunque tampoco creo en eso, los lleve.

Doy unos cinco pasos adelante, y ya estoy al pie de los escalones. Subo los tres escalones, y me volteo a ver a Thomas, quien seguía en la entrada.

-¿Que no vienes?- Le pregunto desde la puerta de la casa.

-Claro que no. El reto era para ti, no para mí. Aquí te espero-. Dice.

Lo fulminó con la mirada, pero no me echo para atrás, y abro la puerta. Al instante me estremezco por el frío de la casa. Respiro profundo, y entro. La puerta se cierra a mi espalda, haciendo un fuerte sonido.

La casa no es tan escalofriante como esperaba, en realidad parece una casa en venta que simplemente a nadie le gusta. "Aquí no hay fantasmas" es lo que pienso.

Pero justo en ese momento, siento a alguien detrás de mí. Volteo mi cabeza lentamente, y veo a un muchacho, sus ojos verdes me miran, y el me sonríe, pero yo hago una mueca. Sin embargo, mi mente me traiciona y piensa que es apuesto, pero aparto ese pensamiento inmediatamente.

-No sabes lo feliz que me hace tener visitas-. Empieza a decir. -Me muero de aburrimiento yo solo-. Suelta una carcajada -Entiendes me muero-.

-Perdón pero...¿Quien eres tú?- Le pregunto confundida.

-Claro, perdón-. Extiende su brazo. -Soy Fernando-. Sonríe con decisión.

-Ajá-. No estrecho su mano, y el la quita.

-¿Que te trae por aquí? No me digas...¿Un reto?- 

-Ajá-. Es lo único que puedo decir. Seguro es una broma de Thomas.

-Ajá...- Se rasca la frente. -Pues te ofrecería algo, pero no hay nada aquí, se lo llevaron todo mis padres cuando morí...-

-¿¡QUE!?- Murió, esta muerto, es el muchacho que se suicido, me esta hablando, ¿que esta pasando? no entiendo nada, y me mareo, siento que me voy a caer de espaldas y morire y...¡AH! Otra vez esa palabra...

-Sip, soy ese apuesto chico que se suicido porque la vida no tenía sentido...Bah, que tonto. No me suicide por eso, pero los reporteros necesitaban algo-. Dice con una mueca.

-Entonces...tu...estas...m...mu...muerto.- Tartamudeo, escuchando mi respiración agitada.

-Si, lo acabo de decir-. 

Entonces vuelvo a mi papel, soy valiente y por eso estoy aquí, un fantasma apuesto no me asusta.

-Y..¿Por que te suicidaste entonces?- Pregunto.

-Por accidente. Mi vida era grandiosa, simplemente me caí de arriba y morí, claro que todos lo tomaron como suicidio-. Se encoge de hombros.

Reviso mi reloj, y veo que la hora ya paso. Comienzo a caminar a la puerta. -Ya me tengo que ir. Adiós Fernando-.

-Por favor no-. Dice. -No te vayas, necesito estar con alguien-.

Estoy por contestarle pero resbalo con algo y me golpeo, muriendo torpemente-.

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