No hay finales felices.

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El Prat,la playa del Prat,pleno mes de enero. Alfred subió la cremallera de su chaqueta deportiva hasta el punto que le rozaba la nariz. Hacía frio cosa que provocaba que su cuerpo se relajase y consiguiera estar en calma, al menos unos instantes y conseguir que toda la presión y fuego que se instalaba en su pecho se desvaneciera. Pasear, su playa, su ciudad era lo que más necesitaba.Paso lento iba recorriendo kilometros,poco a poco,paso a paso. No tenía claro que hora era,al levantarse sobresaltado y sudando y no porque hiciese calor,le generó una necesidad tremenda de salir de esas cuatro paredes que tanto le agobiaban.Cuatro meses han pasado,cuatro largos y duros meses de su perspectiva.Levanta la vista de sus pies-calzados por sus características nike esta vez, de deporte negras-ensimismado en sus pensamientos,busca algo,alguien,aumenta el ritmo de sus pisadas,camina camina y empieza a correr. Necesita liberar toda la tensión, rabia y frustración que lleva dentro. El puerto no esta muy concurrido,cosa que facilita que nadie piense que hace un loco corriendo sin dirección alguna, con gorra y gafas a las 7 de la mañana,salvo algunos bares con dos o tres personas tomándose un café con leche. Inspira,exhala...se relaja y vuelve su mirada al mar,al horizonte cuando el sol está apareciendo y unos pequeños rayos de sol le iluminan la cara. Busca en el,esos ojos avellana,la mirada de Amaia,su pelo,su pelo castaño con pequeñas ondulaciones que tantas mañanas ha acariciado,esa piel suave y tersa que tantas veces ha ansiado,esa boca con unos labios de los que no quería desprenderse jamas,sonríe, es lo unico que busca,piensa "soy tonto".

Decide sentarse en un banco próximo,al hacerlo vuelve a suspirar. No entiende nada, no quiere pensar en Amaia¿No quiere,no puede o no debe?
Sus padres, orgullosos y felices por todo el éxito que Alfred esta obteniendo,saben que detrás de esa fachada se oculta un Alfred que no esta bien.
Para Alfred,la playa es su refugio,y sus continuas visitas tanto por la mañana como por la noche, dan respuesta a su actitud. Vuelve a exhalar,se acomoda en la banco y echa su cuello hacia atrás, intentado dejar escapar todo el aire de su cuerpo hasta desinflarse para volver a inspirar y que el aire frío cale sus pulmones. Su cabeza ahora mismo es un revuelto, un revuelto bien condimentado. Se levanta como si fuera expulsado como un resorte. Vuelve a correr,vuelve a liberarse de su pasado,cada vez corre mas rápido,sin mirar atrás,quiere alejarse de todo y de todos,la situación es totalmente insostenible.

Aunque no sabe, que cada vez que aumenta la velocidad se acerca mas a una calle sin salida.

En su casa,sobre su antiguo escritorio en el que años atrás componía y hacía que estudiaba,estaba su teléfono movil enchufado a la red eléctrica cargándose y donde había aparecido un mensaje:

"Amaia Romero: hola alfred" 7:45 AM

Sí,le había cambiado el nombre, su relación era estrictamente profesional.

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¡hola conductores! Tenia muchas ganas de empezar a escribir la verdadera historia y el pequeño momento de la parte anterior,ya la seguiré algún día. Me gustaría saber que teorías tenéis o que esperáis del rumbo de este fic. Tengo ya todo muy claro para unos cuantos capítulos. Espero que os guste y me digáis o sugirierais algo.

¡Los retrovisores están listos!

Sin frenosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora