Ese mismo enero, a unos kilómetros más al norte, Amaia se despierta sobresaltada y agitada, se siente asfixiada y se deshace del pesado edredón. ¨Otra vez no, otra vez no¨se repetia a si misma continuamente. La luz del Sol apenas entraba por la habitación y sintió la necesidad de levantarse y abrir la ventanta para que el frio intentara aclarecer sus pensamientos. La piel se le erizó al contacto con el viento que dejo que un olor a humedad impregnara sus fosas nasales. Recuerda que se durmió ayer con el ruido de la lluvia y con alguna que otra canción sonando en su cabeza. La calle estaba desierta y no se escuchaba nada salvo el repiqueteo de algunas gotas cayendo de las hojas de los arboles.Volvió a sentarse en la cama, sentía miedo, no entendía porque la pesadilla no paraba de aparecer en su mente cuando ella solo quería dejarla escapar. Frustración, si existe alguna palabra para definir a Amaia esos últimos meses, era esa. Necesitaba a Alfred, necesitaba su sonrisa, sus hoyuelos y su pelo despeinado por las mañanas, como se acurrucaba a ella para seguir durmiendo y no la soltaba hasta que golpeaban fuerte a la puerta junto a un ¨Llegamos tarde¨. Repetía lo mismo otra vez, Alfred se había aferrado a sus pensamientos, a su vida...
Un impulso, una necesidad y Amaia se acercó a su teléfono movil que había caído al suelo al despertarse, la noche anterior se durmio con el, escuchando una canción que era de todo menos curativa. Eran las 7:10 de la mañana y el movil estaba apunto de morir por la falta de batería, entro rápidamente a Whatsapp que le aparecía con mas de mil mensajes entre el grupo de OT y varios grupos secundarios que habían creado aquellos que eran mas afines. Deslizo el dedo por la pantalla, tenía muy claro a quien buscar, con una seguridad que ni ella misma pensaba que tenía, entro en el chat. ¨Lo siento.¨ ¨Era la única forma¨ ¨Amaia por favor...¨¨Tiempo, la clave es tiempo¨ . Volver a releer todos esos mensajes no fue lo mejor que le pasó aquella mañana a Amaia, se quedó mirando esa pantalla mucho tiempo, leer cada una de las palabras le creó un dolor inmeso en el pecho y recreó en su mente perfectamente aquella noche y aquella fatídica mañana. ¿Por qué? Se preguntaba Amaia constantemente. Tras meditar sus acciones,¨Este mensaje ha sido eliminado¨, Alfred habría recibido la notificación y podría tomárselo como un error y esperaba que no le diera más importancia de la que tenía.
Amaia volvio a tumbarse en la cama con todos esos mensajes rondando por su cabeza, que tonta volvió a pensar, no entendía como Alfred,le hubise echo tanto daño, la persona con mas amor en el mundo, que nunca desearía odio hacia otra persona. Aun no conseguia averiguar el motivo de esa reacción. Ella solo quería que todo volviese a la normaliad, nunca admitiría que parte de la culpa la tenía ella, claro que no, el que se comporto como un estúpido fue el , el que no supo resolver los problemas fue el. ¨Todo eso es mentira¨ se reprochó, como podía estar pensando eso. No podía mas, la cabeza le echaba humo, no sabía si eran remordimientos ,porque ella tampoco lo hizo bien y no actuó, se decidió por aparentar rudeza y frialdad, cuando por detro no era mas que un flan.
Suspiró, sus pensamientos le atormentaban y no estaba preparada para afrontar una conversación con Alfred García. Se acomodo, abrazó con fuerza el cojín que yacía a su lado, lo apretó con fuerza y se durmió pensando en aquel maravilloso verano después de Eurovision. La sonrisa en su cara se enschaba por momentos. ¿Que estaria soñando?
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Quiero aprovechar que dentro de poco me veré agobiada con exámenes y no habrá tantos capítulos.
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Acelerando motores....
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Sin frenos
RomanceAmaia y Alfred,Alfred y Amaia Todo empezó a máxima velocidad,nadie les dijo que tal vez,deberían haber parado.