Envidia

675 71 1
                                    

ENVIDIA

Taemin regresó a casa para encontrarse con Kai que se afanaba en
hacer el desayuno perfecto, día tras día lo intentaba, lo conseguía y se ganaba una buena dosis de estrés; le había
dicho al menos un millón de veces que no era necesario que se esforzará tanto, podían comer un plato de cereal con leche o un par de tostadas con jugo, pero su hermano insistía en hacer
voluminosas y escandalosas cantidades de comida.

Las quejas iníciales de Taemin daban paso a su voraz apetito y si ahora se
quejaba era más que nada por costumbre, amaba la comida de Kai
Se despertó solo en la habitación por la mañana y descubrió lo bien que se sentía tener una noche de sueño, ir a la escuela sería como salir de paseo, en lugar de la tortura que regularmente representaba tener los ojos abiertos cuando todo su cuerpo le rogaba por una cama.

Se sirvió una taza de café recién hecho y espero a que su hermano terminara de poner los biscochos, huevos, tocinos,
tostadas, jugos, yogurt, fruta y demás alimentos.

—Luces mucho mejor que otros días—le dijo Kai sirviéndole un
plato de fruta con yogurt para abrirle el apetito

—Fue una noche tranquila.

—Me alegro. ¿Cómo te ha ido en los exámenes?

—Tú hermano mayor no saca más que Sobresalientes.

—Es bueno escuchar eso

Taemin se sirvió un plato con tocino y huevos y empezó a engullirlos
con desesperación, planeaba volver a servirse cuando su hermano le arrebato el plato.

—Necesitas cuidar tu colesterol.

—¡Devuélveme eso! Soy tu hermano mayor y…

—Ya has tenido suciente
por esta mañana, habrá más en la
tarde…

—De acuerdo, de acuerdo…—se dio por vencido y subió al cuarto de arriba a ponerse el uniforme. Kai le dirigió una mirada triste, mientras se desplazaba por las escaleras y él fingió que
no la veía, aunque la podía sentir, de tan penetrante era.

Kai ya traía puesto su uniforme, Taemin bajaría dentro de diez
minutos e irían a la escuela.
A las dos de la tarde, hora en que terminaban las clases básicas, un automóvil pasaría a recoger a Taemin y lo traería de vuelta a casa, su hermano dormiría cuatro o cinco horas en el mejor de los casos y el mismo vehículo vendría por él en la tarde, ocupado como estaba con su trabajo de medio tiempo, materias extracurriculares y actividades del club, él no lo volvería a verlo hasta el día siguiente y se encontraría con el rostro ojeroso y cansado de Ed quién se esforzaría en convencerlo que todo estaba bien y no tenía nada de qué preocuparse.

Hace poco más de un año habían tenido una gran discusión, poco falto para que llegaran a los golpes.

Kai no era estúpido, sabía que todas esas niñerías que tenían como ropa
de marca, muebles de lujo y él que pudieran vivir solos bajo la tutela de un “Tutor” que nunca había visto tenía un precio.

Y el precio era que Taemin hiciera cosas de las cuales no le gustaba
hablar. Mientras tanto, él tenía la vida que cualquier estudiante de preparatoria podía desear. Amigos, fiestas, reuniones, concursos y festivales. Taemin tenía buenas notas y muchos conocidos a los que saludar, pero difícilmente tenía a un chico
al que pudiera llamar “amigo”. Le daba dinero cada semana y le pedía que lo administrara como mejor le pareciera.

En aquel entonces le confrontó, el también podía trabajar y ser fuerte, no tenía porque cuidarlo como una muñequita de porcelana temerosa de que de un momento a otro se fuera a
romper.

Llego un punto en que Taemin rompió a llorar y Kai sintió que jamás podría perdonárselo. Su hermano llorando, no lo veía hacerlo desde la muerte de su madre y en ese entonces no eran más
que unos niños asustados que nunca antes habían estado solos.

Taemin  se talló al rostro antes de marcharse a trabajar y decirle que hablarían por la mañana. Al siguiente día Taemin regresó con los ojos hinchados y la nariz rota, tuvo una mala noche, alguien no respeto las reglas y bueno…

Taemin le hablo de su trabajo, lo que hacía, lo que no hacía y porque lo hacía.

No lo haría por siempre y tampoco significará que le gustará, pero mientras conseguía el dinero, bastaba con que él y sólo él, se hundiera en toda esa mierda. Era él hermano mayor, su responsabilidad era protegerlo y lo haría a cualquier precio. Si Kai lo quería, no volvería a mencionarlo ni a reclamarle, es lo
único que pedía, nada más.

Y Kai lo juro y cumplió su palabra y lo haría hasta que Taemin dijera que estaba listo.

Su hermano bajo minuto después, aseado y con la corbata chueca, nunca se la ataba bien, se le acerco para ayudarle con el nudo.

—Hermano, en verdad te ves bien esta mañana.

—¿En serio lo crees?

—Si…

Taemin se encogió de hombros antes de tomar su mochila.

—¡Vamos Kai, no quiero llegar tarde!

El Club De Los PecadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora