6. Abril

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Han pasado tres meses, y la mitad de ellos me la he pasado conociéndote, tratar de comprender tu mundo, esa pequeña galaxia que al chocar con la mía, se transforman en una explosión mil veces más hermosa de lo que pudo ser el Big Bang.

Quien creía podía ser de ayuda, me ha reprochado el hecho irracional de que me gustes, dice que puede ser sólo un capricho, que no quiere verme lastimada, que un ser tan tierno, puro y lleno de amor no se merece sufrir por su propio capricho.

Te odio porque me encantas, porque no puedo evitar verte, detallar tus facciones: cada lunar, cada cicatriz, cada vez que tu manzana se mueve incesante, cada vez que en tu pecho al estar en calma, refleja cuales gotas que caen a un estanque los latidos de tu corazón... me gustan tus ojos, tu nariz, tus labios, tus elegantes pómulos tan marcados que hasta me causan envidia, lo largo de tu cuello, tu clavícula, el color de tu piel y el de tu cabello.

Porque más que eso, has sabido leerme entre líneas. Con una mirada es suficiente.

Poesía en prosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora