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 "Todo nuevo comienzo viene de un final anterior..."

25 de Abril de 1992

-"Beatrice, nena... Cecile y yo no tenemos nada, en serio.-La voz del teléfono sonaba exageradamente afligida, lo suficiente como para sospechar que sus lamentos eran falsos.- Contéstame las llamadas y podemos hablar con más calma, sí?- La contestadora volvió a hacer un pitido que me avisaba que hasta ahí llegaba ese último mensaje.

Era el mensaje de voz número 15 Y...

El tono de llamada del teléfono de mi casa volvió a sonar, yo estaba en el suelo a su lado, con las facciones  de mi rostro sombrías a causa de la oscuridad que inundaba mi sala, estaba sentada, apoyando mi espalda en la pared, mis brazos aferrándose a mis piernas en una posición fetal, indiferente al pitido constante de la llamada, no quería responder le a ese canalla. La llamada finalizó luego de casi dos minutos a la espera, cuando la contestadora automática hizo su trabajo, de nuevo.

-Escucha, maldita malcriada. O me atiendes el teléfono ahora mismo o iré a tu casa y tumbaré la puerta, ¿Entiendes?.-Su voz ya no  era compungida sino amenazante, rozando a lo histérico. Rodé los ojos, escéptica. 

Yo no era estúpida, aunque él aveces  creyera que lo era, pero no era así.

¿Qué está pasando? ¿Como llegué a estar en el suelo de mi casa, al lado del teléfono fijo de mi sala, sin ánimos de querer levantarme de ahí en un buen rato, auto compadeciéndome?

El tipo que me estaba llamando y amenazándome con infringir en mi propiedad (Bueno, en realidad es la casa de mi mamá...) Es mi ex novio, recién titulado.

Todo empezó ayer, el día del cumpleaños de Brandon (El orgulloso ex). Yo había salido temprano de mis clases de francés extracurriculares, no era muy detallista con él, pero si era atenta, cabe aclarar. Decidí ir  una de las panaderías más cercanas para comprarle un pequeño pastel de piña, Cuando fui a buscarle a su trabajo, me dijeron que había pedido el día libre, ya una alarma había empezado titilar. Ingenuamente fui a su departamento, creyendo que por mala suerte se había enfermado. 

Já, ni cerca.

Él me había dado copia de sus llaves y con soltura pasé, no había nadie en la estancia principal, hasta que escuché movimiento en su cuarto, aún con el pequeño pastel en mis manos, llegué a la puerta del dormitorio y al abrir, Encontré a una morena con cabello castaño lacio en ropa interior absurdamente provocativa de color beige dándole besos y un masaje en la espalda a Bran mientras el se ponía el pantalón con una sonrisa socorrona. 

Ambos detuvieron su risa y diversión al verme ahí parada, como una estúpida, asimilando el panorama. Me sentía como el payasito que contrataban para entretener a los niños en algún cumpleaños, pero este payasito no estaba feliz, ni triste en tal caso. Por dentro, estaba furica , ya que los malditos niños no estaban riéndose conmigo sino de mí, en mis narices.

-Mickey Mouse  no vino a desearte feliz cumpleaños, me parece...- Miré de arriba abajo con indiferente superioridad a la mujer semidesnuda ante mí.

-Tricy, Amor, Esto... Yo-- El pelinegro sin camisa, pasó sus manos por su cabello,  la bronceada cara de él se había puesto  visiblemente pálida.

-Ahorrémonos tiempo.- Negué con la cabeza y arqueé mi ceja derecha.-  "Esto no es lo que parece, te lo puedo explicar, blah, blah, blah"...-Mientras decía aquello, dejé el paquete con el pastel en el mueble de la estancia. - Listo.

-¿Cuándo le ibas a decir, Brandy.?- Volteé a mirar a la alta intrusa. Ella había cruzado sus brazos a la altura de su voluptuoso busto, enmarcándolo con sus finos brazos, giró su rostro hacia mí, con el maquillaje ligeramente corrido por la acción de hace rato, seguro.- Sí, Lindura. Está conmigo, desde ya varios meses. Y sí, estábamos follando, Yupi.-Rodó los ojos y me escaneó, sonriendo por la descuidada imagen de recién haber salido de clases. 

One-Shots con Michael Jackson.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora