Tú!!

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Después de ese suceso tan extraño, tome camino hacia mi casa, no le llamo hogar porque no lo es. Caminé por las calles, pensando en todo. Mi vida, lo que iba a hacer, ese chico, ese corto beso. Pensando en si volvería a encontrarlo. Por favor, claro que no. Esta ciudad es muy grande como para encontrarme a un desconocido de nuevo, no creo que mi suerte sea tan de malas como para que en medio de tantas personas vuelva a encontarme justamente con él. Aunque realmente, eso es lo que me ha demostrado la vida. Tal vez sea tan salada que termine siendo vecino mio.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me dí cuenta cuando un auto casi me atropella

-Niña, fijate por donde andas, pude haberte matado- gritó un hombre dentro de un auto. Tenía razón, pudo haberme matado. ¿Vieron que tan mala es mi suerte?, quiero morir y el bendito auto no pudo atropellarme.- Tienes suerte de que no te haya atropellado- Repitió el hombre.-Ah!, claro, tengo mucha suerte- Ironicé internamente.

Al llegar a mi casa fui directo a mi habitación, necesitaba hacer algo urgente. Abrí la puerta que conduce a mi habitación y luego cerré esta con seguro. Menos mal mi mamá no estaba, no quería tener que soportar sus insultos hacia mí. Caminé hacia un cajón al lado de mi cama y me agaché frente a él. Lo abrí y empezé a buscar la cuchillita que guardo siempre allí en casos de emergencia. Una vez la encontré, cerré el cajón con mi pierna y fui hacia el baño, el cual está dentro de mi habitación, e hize lo mismo que con la puerta de mi habitación. Estando encerrada, me senté en el inodoro, ya habiendo bajado la tapa, y me subí las mangas de mi jersey, ubiqué la cuchilla en mi brazo y comencé a cortarme, bajando la cuchilla, reacomodandola y voliendola a bajar. Veía como salía la sangre y se deslizaba lentamente por mi brazo y terminano como gotitas en el suelo. Esto de alguna forma me reconfortaba, me hacía sentir, bien.

Al terminar, limpié la sangre de mi brazo y del suelo y cuando dejé de sangrar, bajé la manga de mi jersey. Me miré en el pequeño espejo colgado arriba del lavamanos, y examiné mi rostro. No soy ni fea ni bonita. Tengo una nariz fileña, mi ojos son castaño claro al igual que mi cabello,mis labios son rosados y algo carnosos, tengo unas orejas gigantescas, por lo cual me molestaban de pequeña llamandome Dumbo, y mis cachetes son un poco regordetes, soy cachetonsita. Estos se sonrojan muy facilmente, lo cual me gusta, pero a veces son un poco traidores en ese sentido.

Poco después, salí del baño y me recosté en la cama mirando hacia el techo. Se me escapó un bostezo, quería dormir, así que cerré mis ojos y me puse en posición "capullo" juntando mis piernas y llevandolas hacia mi pecho. Me encontraba de lado, mirando hacia mi derecha. Esa posición es muy cómoda para mí y me hace dormir más rápido. Poco después, Morfeo me atrapó.

***

Desperté y miré la hora, 6:30am, Ay no! las clases comienzan a las 7:00am. ¿Mi primer día de clase y llegaré tarde?.

Salté de la cama, literalmente, y fui directo a la ducha. Me dí un baño rápido y, posteriormente, me coloqué mi ropa. Me decidí por un jersey rosado con un perrito en el centro, me gustan mucho los perros, un jean y unas converse negras.

Peiné mi cabello que por suerte estaba manejable y agarré mi mochila, lista desde anoche. Miré la hora. 6:40am, nuevo récord. Al parecer empezé bien el día, espero que siga así. Salí de mi habitación y me dirigí a la cocina. Saludé a mi "familia" conformada por mi madre, mi padrastro y mi hermano menor de 15 años, con un hola. Tomé una manzana de el frutero y salí rumbo a la escuela.

Al llegar, saludé al vigilante y entré al recinto macabro al que llamamos escuela. Caminé hasta llegar a mi casillero y guardé mis libros adentro. Lo cerré y me llevé un gran susto al hacerlo. Lily, mi única amiga en el mundo, la única que me comprendé y sabe lo que siento, salió de la nada, asustandome.

Regalame una vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora