Capítulo 1.

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Un año después.

Dejé mi bolso sobre la encimera de mármol negro de la cocina y caminé hacia la nevera. Llevaba todo el día sin comer y mi estógamo pedía a gritos algo de comida. Rebusqué entre la nevera pero lo único que encontré fueron latas de cerveza, pizza congelada y comida podrida. Era lo típico en un apartamento de jóvenes. Cerré la puerta de la nevera decidida a pedir comida china. Me asusté al encontrarme a Zayn con unos pantalones de pijama rojos, un cigarro entre sus labios y sentado en uno de los taburetes. 

-¿No deberías estar mirando algún nuevo local?-pregunté, cruzándome de brazos. Era increíble, yo me pasaba todo el día en la empresa y él durmiendo. 

Ahora Zayn y yo teníamos una empresa de seguridad, era una de las mejores de Londres. Los dos éramos socios pero yo hacía más en la empresa que Zayn. Él se pasaba el día coqueteando con las nuevas trabajadoras jóvenes. Era un poco irónico; antes asesinábamos gente y ahora nos preocupábamos por su seguridad. Ahora queríamos abrir un restaurante, así mi estómago no gritaría pidiendo comida todos los días. 

 -...y era perfecto.-dijo Zayn, llevándose el cigarro a la boca una vez más. 

-¿Qué dijiste?-pregunté. No había escuchado nada, estaba sumergida en mis pensamientos. 

Zayn rodó los ojos y se apartó el cigarro de la boca. 

-Dije que ya miré un local, era amplio y moderno, como queríamos.

Asentí mientras cogía el teléfono para llamar a algún restaurante chino. Zayn siguió allí sentado con un cigarro entre sus labios pero ahora tenía el teléfono entre las manos y tecleaba sin parar. Unos segundos después una mujer respondió a mi llamada, ordené la comida y en veinte minutos ya habían entregado la comida. Zayn y yo comimos en el salón mientras veíamos una película cualquiera. Cuando acabamos de comer nos fuimos a nuestras respectivas habitaciones. Necesitaba descansar del día ajetreado que tuve. 

(***)

-Te llevaré a desayunar.-dijo Zayn mientras entrábamos al ascensor. Era algo a lo que no me podía negar, Zayn nunca invitaba a desayunar y cuando lo hacía era muy agradable. 

-De acuerdo.-dije mientras rebuscaba el teléfono en mi bolso. 

Sólo encontré el teléfono cuando ya estuvimos llegando a la cafetería. Maldito bolso desordenado. Dentro sólo tenía basura y tenía que hacer urgentemente una limpieza. 

Zayn me ordenó sentarme mientras él se colocaba en la fila para pedir. Me senté en una de las mesas del fondo en la esquina. El lugar tenía una decoración rústica, el suelo era de mármol marrón , las paredes de una madera oscura y las mesas y taburetes también de madera pero de un color más claro. Era acogedor y el olor a café  recién hecho se apoderaba del lugar. Solía venir yo sola todas las mañanas ya que Zayn no se dignaba a acompañarme, solo hoy por milagro. 

Desbloqueé mi teléfono y al instánte me llegó un mensaje de mi hermano Sean. 

Hermanita, dentro de unos días estaré en Londres con Liam, vamos a visitarte a Zayn y a ti.

Genial. Tendría que limpiar y ordenar la casa. Consideraba a Liam como mi primo, pero en realidad no lo era. Él se apellidaba Payne y yo Buckley. Él sabía sobre mi trabajo en California pero juró que no s elo contaría a mi padre si yo dejaba el trabajo, y esa fue una de las razones por las que lo dejamos Zayn y yo. 

Levanté la vista del teléfono para ver donde se encontraba Zayn. Bufé al verle coquetear con la cajera. Ella sonreía avergonzada seguramente por las cosas que le decía Zayn. Volví la vista al teléfono pero por el camino mis ojos se cruzaron con unos ojos esmeralda. Miré al dueño de aquellos ojos. Pelo castaño peinado hacia detrás con algunos rizos, una nariz perfecta, unos labios rosados y carnosos y aquellos preciosos ojos esmeralda que me observaban. Una sonrisa de asomó por la comisura de sus labios, se levantó de su silla y se empezó a caminar hacia donde yo me encontraba. Con tan sólo veinte años nunca había sentido algo así en mi vida, mi corazón nunca había ido tan rápido. 

El castaño se paró frente a mi mesa y se sntó en la silla que sería de Zayn. Incó los codos en la mesa y colocó la cabeza sobre sus manos. Era intimidante pero si algo había aprendido en mi antiguo trabajo era que no debía dejarme intimidar por lo hombres ni por nadie. Él llevaba una camiseta blanca y el tatuaje de unos pájaros en su pecho se asomaban. Y algunos tatujes sin sentido-al menos para mi-en su brazo. Tenía un ancla tatuada en la muñeca.

-¿Quiéres algo?-pregunté.

El chico bajó los brazos y sonrió pícaro.

-¿Eres Erin?-preguntó.

Asentí. Eché una ojeada a la fila y vi que Zayn todavía no había dejado de coquetear con la cajera. 

-Necesito seguridad en mi casa y sé que tu empresa es una de las mejores de Londes.

Saqué de mi bolso una pequeña tarjeta en donde decía el nombre de la empresa y el número, y se la entregué. El dudo unos segundos pero luego la aceptó.

-Prefiero que me llames luego, ahora tan sólo son las ocho de la mañana y necesito un café para despertarme.-dije, agradeciendo mentalmente al ver que Zayn ya venía con los pedidos. 

El castaó asintió, se levantó de la mesa y se dio la vuelta para irse, pero volteó una vez más y una sonrisa se apoderó de su perfecta cara. 

-Por cierto, soy Harry Styles.-y dicho esto se fue desapareciendo entre la gente de la cafetería. 

Harry Styles.-recordé.

Segundos después Zayn dejó los pedidos sobre la mesa y se sentó donde había estado Harry hacía unos segundos. 

-¿Quién era?-preguntó mientras daba pequeños sorbos a su taza de café.

Alguien muy raro. 

-Un nuevo cliente.-respondí, cogiendo mi taza de café y dándole un sorbo. Buscando con la mirada al castaño. Era muy extraño. 

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2014 ⏰

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