Madre e hija

48 2 0
                                    


La campana suena la media noche, silencio eterno por todas las habitaciones, o al menos eso cree la pequeña hija.

Al fondo aun se encuentra aquel pequeño escondite que siempre estuvo, claro, la casa cayo pero eso no impidio reconstruir aquella puerta en la que el padre del rubio perdia el tiempo tratando de traer a su amada de regreso a este mundo terrenal. Claro que la historia concluyó, pero hay una que aun no se acaba de escribir.

Sin embargo, es un dulce momento nunca se puede estar seguro, porque de sobra se sabe que siempre hay sopresas que no siempre son bienvenidas.

- No y no... amor, hace años que solo puedo verte asi, no es justo... solo puedo verte mas no tocarte, quisiera... más bien, deseo que puedas estar aqui -

- Marinette ya hablamos de esto, ¿Acaso crees que para mi esto es suficiente?, disfruto estos momentos porque puedo verte y mi pequeña Adriana -

- Ese es el punto... ella ya no es una pequeña ya es una dama, es... es tu mismo espíritu, sus ojos, su bondad, su sencillez, Adrien me.gustaría cambiar la historia -

- A mi igual, pero recuerda que las cosas son así... ¿Quieres arriesgar algo?, sabes perfectamente que no puedes alterar el equilibrio de todo el Universo -

- Pero tu sabes que no soy nada sin ti -

Su mirada baja y lágrimas brotan.
¿Como te atormentas asi?, ¿Como puedes vivir solo con el recuerdo de un fantasma?, ¿Qué ganarias reviviendo una historia que terminó hace años?.

Entre mas brotan sus lágrimas aquella silueta quiere moverse y poder limpiar su rostro y tal vez rozar un pequeño beso en sus rosadas mejillas. Pero no, solo se le puede ver y nada más.

- Mi lady... no llores, también sabes que sin ti no soy más que esto... solo una imagen que llevas en tu mente, al menos descanso en paz sabiendo que tu y Adriana estan bien, al menos puedo dormir bien sabiendo que ambas se cuidan y no les falta nada... Marinette sabes que quiero besarte, extraño todo de ti pero me conformo con verte -

- Para mi no es suficiente, no lo es, si tan solo pudiera abrazarte o tal solo tomar tu mano, pero no... no puedo, acepta mi propuesta, dejame buscar la joya de tu padre y traerte de regreso -

- No... quiero ser paciente, quiero esperarte, al menos tenemos este momento -

- Es que ya no quiero solo este momento, te quiero aqui con nosotras, como una familia, la familia que me juraste que siempre seriamos -

- "Seremos una familia hasta que mi cuerpo lo permita"... hace mucho que eso no esta en mis manos, Marinette entiende cuando te digo que lo que pides es imposible, al traerme cambiarias algo o a alguien -

- No me importa si con eso estas a mi lado -

- Disculpame... pero no seré flexible esta vez -

Un brillo pasa y aquella silueta se esfuma por el aire que entra de la ventana dejando a la pequeña criatura exhausta sobre un mueble.

- Mi señora ya no puedo volver a hacer eso... -

- Perdona Plagg - repone la azabache tomando de entre sus manos al pequeño kwami - crei que podia manejarlo -

- Lleva diciendo eso años... creo que estoy perdiendo el sabor del queso por estos tratos -

- ¿Qué pasa aqui mamá? - esa voz resuena y aparece una rubia en la habitación, ya no una niña ingenua si no una adulta

- Adriana... no es nada, solo reviso unos papeles -

- ¿Hablabas con padre otra vez, cierto? -

Aquella dama que al parecer su cabello se esta volviendo canoso solo puede tomar asiento y soltar un fuerte suspiro mientras su pequeño colega regresa a su escondite habitual.

- No puedo mentirte... así es, pero como siempre, solo me pregunta por ti -

- Te vez afligida... al parecer peleaban -

- No amor... solo que cada vez el tiempo se me hace corto, aunque Plagg ya puede mantenerse casi una hora no consivo solo verlo asi... me gustaria que esto fuera más que una hora -

- Pero al menos puedes verlo, ya viste la última vez que intente verlo, casi me quedo ciega, no sabia que tenia prohibido ver a mi ancestro bajo el miraculous, me enorgullece saber que mi padre era un héroe, pero también quiero tan siquiera oirlo otra vez, se me esta olvidando el eco de su voz -

- De tan solo oirte quiero cambiar el lugar para que puedas hablar con el y que vea lo hermosa que eres -

- Mamá... no es momento... -

Una leve sonrisa de ambas, aunque una es mas forzada por parte de la rubia, su cuerpo se pega a la ventana y su mirada se pierde en los confines de la ciudad.

- ¿Lord otra vez? - responde la madre notando su distancia.

- Si... y no... lo nuestro quedo como una simple amistad, más bien me preocupa Hugo, esta llegando tarde a todo y ya casi ni hablamos -

- Bueno amor... las cosas cambian cuando uno crece, cada vez son mas responsabilidades y menos libertades, es normal... calma se que no lo hace con mala intención solo se que si en verdad son amigos pronto se dara cuenta de que se a ausentado y te dara un momento... -

- Ya se... pero eso no quita nada, se siente mal ya no es como antes, es más, creo que cambio mucho -

- ¿Sabes?, el dia que te hice la fiesta y caiste sobre el me quede pensando que tal vez algún dia si... bueno tal vez si hubieran sido una linda pareja -

- ¿Pero que cosas dices? - una sonrisa sale de ese rostro afligido y en instantes la.conversación se hace susurro - Tal vez si... la Señora de Bourgeis -

¿Porque no?...
Dos mundo y soñar no cuesta nada, pero si de riesgos se trata que pase lo que tenga que pasar .

Después de Nosotros... "Máscaras Fuera"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora