La travesia y el rey roto.

Mala espina

A pesar de que Alexis se encontraba feliz al haber conocido a Nicolai las cosas no mejoraban en lo que su familia llamaba ''hogar''. Él sabía que no podía irse ni tampoco huir ya que su padre haría lo imposible por lograr que permaneciera lo suficientemente solo y aislado para cumplir su deseo de convertir a su hijo en un monstruo como todos los demás de su árbol genealógico.
2 años antes de este acontecimiento él lo había intentado, tomo las pocas pertenencias que poseía en sus bolsillos y saco también llevo consigo a un pequeño conejo que había encontrado herido en el rio, el mismo rescato al animal consiguiendo un lazo enorme. El conejo se llamaba Artur y él era lo único que tenía pero cuando estaba llegando a las afueras de su pueblo Pole, pudo respirar la libertad. Se sintió imparable, veía el horizonte y no podía creer que podría explorar Aldeas nuevas, ciudades e incluso lugares tan importantes que solo sabía de ellos por lo que se decía de oído a oído.

Alexis camino libremente por el campo, llenando sus zapatos de lodo y pasto, oliendo las miles de flores que se encontraban a sus pies. Escalo los arboles más grande, se recostó en la rama más alta y pensó que en ese solo momento nunca había sido tan feliz en muchos años asi que Alexis saco a Artur de su camisa y lo coloco en su estómago.

-Artur. Dijo Alexis acariciando sus orejas alegremente. Somos libres, no hay más insultos, no más linimento para cicatrizar heridas.

Pero su peor decisión fue quedarse en esa rama para gozar antes de tiempo, que sus alas volvían a crecer para volar libremente, pues uno de sus primos se dio cuenta de que Alexis no estaba con el ganado ni en ningún lugar de Pole así que fue corriendo con su tío a informarle sobre el pequeño desertor. Tomaron sus Armas y sus caballos decididos a arrebatar ese tonto sueño de su cabeza una vez por todas.

Para cuando Alex se dio cuenta del sonido presuroso de los corceles aproximándose hacia él era demasiado tarde, pues le costaría mucho trabajo bajar tan deprisa con Artur en sus manos sin que resultara herido así que decidió quedarse en el árbol tan quieto como podría.

-No puede haber ido muy lejos, es demasiado lento hahaha. Se mofaba el primo Will
-¡Ya lo sé inútil! Pero no debe escapar.

Su padre comenzó a buscar hasta en el último y recóndito lugar en el bosque, al ver que Alexis no salía de su escondite amenazo con disparar a cada uno de los animales que estuvieran ahí.

-Ven joven listo, tienes hasta que termine de cargar mi cañón para salir o de lo contrario estas bestias morirán. Dijo si padre señalando todo el bosque con su arma.

Alexis no pudo con eso así que dejo a Artur en la rama a salvo por temor a que su padre le hiciera algo y bajo. Su padre al escuchar movimiento disparo en dirección a donde Alexis estaba, la bala roso su quijada causándole una quemadura.
El pobre se quejaba del dolor mientras sus hermanos, primos y su padre se burlaban de el.

-Y yo pensé que no ibas a salir jamás pero eres débil y así es como se trata a los débiles.
-Tranquilo tío no podrá escapar jamás.

Tomaron a Alexis por sus ropas subiéndolo a un caballo, Artur al ver que se iba, bajó con su compañero, entro a su bolsillo y emprendieron camino hacia Pole de nuevo. Al llegar su padre lo amenazo sobre volver a escapar, juro lograr que fuera un ser infeliz y vacío si era necesario para que continuara el lineamiento de la familia.

-Espero te quede clara la posición en la que estas, de lo contrario no pienso tentarme el corazón con tus tonterías espero lo sepas y... ¿Qué es eso?

Su padre señalo al bolsillo de Alexis donde Artur impaciente se movía, lo tomo del cuello de la camisa y saco al pequeño conejito de sus ropas. Alexis intento arrebatárselo y suplico que lo dejara ir, prometía ser bueno y no volver a escapar si lo dejaba libre pero un hombre tan egocéntrico como su padre jamás dejaría que una desobediencia pasara por alto.

-Si esta rata es tan importante para ti creo que lo mejor es hacer algo. Su padre tomo al conejo por las orejas y lo mato de la manera más atroz que podía haberse imaginado una persona.

Alexis sentía sus lágrimas correr como cascadas, sentía que su alma se escapaba de su cuerpo por sus ojos pero intento ser fuerte. No le daría el deleite a su padre de lograr su cometido así que tomo el cuerpo de Artur sin decir nada más y salió de su casa. Cabo un agujero en el corral de los caballos, enterró a su amigo en la tierra donde el pudiera ir a visitarlo.

En ese momento no se pudo imaginar que el infierno pudiese ser el mejor lugar para vivir, pensó que todo lo que pudo vivir en una hora antes pudiera cambiar tan repentinamente a tal melancolía y rencor como jamás lo había sentido.
Comprendió que no podría escapar y tampoco ser amigo de nadie por miedo a lastimar personas inocentes sin siquiera deséalo. Él debía quedarse solo hasta que, aunque sonara cruel, ganara la familia contraria a la suya y desaparecieran para siempre o que algún acto de buena suerte tal vez pudiera sacarlo de ahí. Pero sabía que el ya no debía soñar más si no quería sufrir después.

Después de tanto tiempo de soledad Nicolai llego a su vida y él estaba feliz aunque por dentro sus vagos recuerdos que de los que intento prescindir volvían para eliminar su confort. Muy dentro de sí Alexis quería confiar en Nicolai después de todo el había salvado su vida y era el único cuyas intenciones hacia el eran lo suficientemente buenas como para enfrentarse a una muchedumbre.

Él podría tener una oportunidad más de vivir.

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