LOLA

22 4 3
                                    

Mi cuerpo estaba completamente tenso, sentí como mis pulmones parecían no recibir oxígeno, sentí como si me asfixiara, no lo podía creer, no podía creer lo que estaba viendo.
Nunca fui creyente de ese tipo de cosas, pero en ese momento lo estaba viendo por mi mismo, no podía creer que realmente esto estuviera pasando, mire fijamente tratando de encontrar alguna explicación lógica pero no existía, yo mismo estaba viendo como aquella muñeca de trapo se movía con movimientos torpes pero espeluznantes. Se trataba de Lola la muñeca preferida de Cindy, mi hija.
La habitación estaba completamente obscura, pero aun con la poca luz de la noche que entraba por la ventana, podía ver como Lola se levantaba de su pequeña silla de madera y comenzaba a caminar, directo hacia donde estaba yo.
No me di cuenta que estaba retrocediendo hasta que mi espalda golpeó la pared que estaba detrás de mí.
Entre en un ataque de pánico, mi cuerpo entero se paralizó y mi respiración comenzó a hacerse más rápida y poco profunda conforme Lola se acercaba a mi. Los movimientos de la muñeca eran bastante inquietantes, era como si solamente sus piernas y brazos tuvieran mente propia, pero la cabeza colgaba del cuello del juguete balanceado el cabello de trapo de lado a lado. Cerré los ojos con fuerza cuando ya Lola estaba justo a un metro de mi.
Fue ahí cuando escuché como alguien encendía la luz de la habitación, inmediatamente abrí los ojos de par en par, observando hacia todas partes, justo enfrente de mi estaba Lola (luciendo tan inofensiva como siempre), siendo sujetada por Cindy.
Cindy reía a carcajadas mientras veía mi expresión de pánico, yo en cambio comencé a llorar ya que, aunque me había costado aceptarlo en su momento, sabía perfectamente que Cindy había fallecido con su mamá en aquel accidente donde solamente había quedado vivo yo.

ESTA CERCA DE TIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora