Capítulo 5: Enfrentamientos

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Una vez que respiré profundo y logré estabilizarme de aquel momento de tensión que se juntaba con las memorias del día, enfoqué mi total energía en el resto de la jornada, que venía con grandes sorpresas.

Rápidamente nos dividimos las tareas y por primera vez Kupe sería parte de la misión oficialmente puesto que, con la llegada de los dueños de las cuentas, la tribu principal de la isla ya había empezado a mover a sus líderes para oponer la labor de la oficina de investigaciones con el congreso. Por lo tanto, Kupe sería el encargado de calmar los ánimos y permitir la entrevista junto a los llegados.

Ya en la sala de conferencia, donde se habían dispuesto varias sillas alrededor de una gran mesa, para toda la gente que debía llegar al cuartel, me senté frente a los asientos vacíos, preparándome mentalmente para cualquier tipo de reacción por parte de los dueños.

Luego de unos minutos de absoluta paz y silencio, la abertura de la puerta me interrumpió y con gran rapidez me levanté para enfrentarme a la gente.

Primero entró Hanga, guiando a los invitados quienes llegaban junto a sus traductores, abogados, secretarios personales y detectives privados. Una vez que estuvieron todos ubicados en sus puestos, Hanga, se sentó a mi lado dando inicio a la sesión con total firmeza, aunque yo notaba que sus manos no decían lo mismo. Evidentemente le trastornaba la idea de recibir a los grandes líderes del mundo en la oficina que por años se había dedicado a rescatar gatos y arreglar inconvenientes menores.

—Invitados, soy el Director General de la Policía de Investigaciones de la isla, Aisake Hanga. —se presentó mientras los traductores de cada líder correspondiente le traducían a sus jefes. —A mi lado se encuentra Amira Riscalla, la detective que está a cargo del caso.

En el momento en el que de la boca de los traductores salió las palabras "detective que está a cargo", los rostros de varios fruncieron las cejas en señal de aprobación, como era lógico. La mayoría trabajaba en un mundo de hombres donde las mujeres eras solo su amuleto, por lo que ver a una mujer ser la protagonista y la que llevaba el mando de la investigación les pareció de las situaciones más extrañas que habían vivido, y estos tipos habían vivido mucho.

A continuación, Hanga se acomodó en la silla y dispuso los papeles de la investigación sobre la mesa para comenzar a explicar los avances y convencerlos que estaba en buenas manos el caso. Lo irónico era que se parecía a una negociación entre la policía y parte de los mayores mafiosos del mundo, donde la policía le estaba vendiendo el caso donde recuperaríamos el dinero que ellos tan mal habían ganado.

Esa reflexión me hirvió la sangre, por lo que tuve que bajar las manos de la mesa, escondiéndolas pues ya había comenzado a apretar los puños de impotencia. Deseé sacar mis esposas y agarrar a más de uno de allí, pero las jurisdicciones legales terminarían llevándome presa a mí.

—Finalmente, mencionar que estamos trabajando con todo tipo de medios para conseguir el paradero del dinero, esto es algo que no quedara impune.

Terminó Hanga el informe y me miró entregándome la palabra mientras que los traductores terminaban de traspasar la información.

—Señores, hoy hemos dado con dos posibles pistas que son muy sólidas para el caso. —expresé poniéndome en pie y apoyando las manos sobre el escritorio. — Prometo mi mayor esfuerzo en el caso para que pronto todos salgamos de ésta felices, pero necesitamos que ustedes entiendan que debemos seguir trabajando como venimos haciendo, sin interrupciones.

Las reacciones eran evidentes, a nadie le agradaba mi participación en el caso, le hablaban por lo bajo a sus secretarios una vez que yo decía a penas unas palabras, obviamente de mala forma.

El Legado de la IslaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora