Mío

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"Créanme que de verdad intento mejorarlo pero no me da la vida para hacerlo detenidamente." 


-Si Naruto, si lo deseo -Me beso apasionadamente y fue lo último que me dijo para poder empezar lo que tenía que hacer para controlar esa necesidad de la cual me advirtió Kurama

-Lo sé Sasuke, yo se que tu me necesitas y necesitas de mi.

Lo alce y lo coloque sobre mis piernas, para que a continuación pudiera besarle el cuello y dejarlo totalmente a mi alcancé, lo degustaba de tal manera que hacia que Sasuke sucumbiera de placer, gemía justo y como yo lo deseaba.

-Muchacho, si que te pusiste cachondo, ¿Crees poder hacer que vuelva a caminar? Pienso que lo vas a ser muy duro, o al menos hasta que la calentura se te baje -Reía Kurama -Y esto creo que tardará por lo menos unos diez minutos.

Sin responderle, seguí mi trabajo y si de diez minutos se trataban haría que valiera cada uno de ellos.

Cuidadosamente le quite la camisa y comencé a tocar todo su cuerpo con delicadeza, su piel era tan blanca como la leche que me daban ganas de tomarme por completo su vaso o como si de nieve se tratará, derretirla con mi fuego de amor. Lo bese de nuevo y lo tome por la cintura, él me tomó por el cuello para poder profundizar más el beso. Sin despegarse, Sasuke comenzó también a recorrer la extensión de mi espalda con sus manos, lo hacía de una manera tan deliciosa que deseaba que no parara. Después de unos momentos y de unos besos muy apasionados, comencé a sentir sobre mí, un bulto que deseaba desesperadamente salir a la luz.

-Vaya... parece que algo necesita de mi atención no es así, ¿Sasuke? -Lo baje de mis piernas y lo coloque en la cama.

-Si Naruto, por favor encárgate de él, te lo pido -Me suplicó y con algo de pena al decirlo, pero al mismo tiempo su mirada reflejaba deseos de hacerlo.

-Como tú ordenes.

-¡Ahhh!-Gimió al sentir que le había quitado sus pantalones y su bóxer al mismo tiempo. No pudo decirme nada más ya que tenía su mente ocupada en lo que le estaba haciendo a su cuerpo. Tenía su miembro en mi boca y hacía un lento sube y baja para que fuera un poco de tortura para él- ¡Ahhh! Naruto, hazlo rápido por favor...

-No lo haré -Hable por un momento y continué con mi tortuoso trabajo.

-¡Ahh! ¿Y qué hay de eso de "como tu ordenes"?

-Jejeje, solo decido lo que yo quiero que ordenes -Saque su miembro de mi boca

-Eres un malvado, ¿lo sabes?

-Ahh... y yo pensaba que era el bueno de esta historia, parece que ya no... Jejeje

-¡Ahhh! ¡YA NARUTO, YA TOMAME POR EL AMOR DE DIOS! ¡YA!

-Jejeje, ves en eso si te hago caso...

Me quite con desesperación los pantalones y deje que mi miembro palpitante se mostrará frente a Sasuke...

-Jejeje, vaya Uzuratonkachi... al parecer también estás un poco necesitado.

-Así es Sasuke, pero tu te encargas de eso ¿no?


-Así es, ven...-Alzó sus piernas y las sostenía con sus manos, dejando ver su estrecha entrada, una vista demasiado excitante debo admitir -Entra por favor, quiero ayudarte a darle atención a tu amigo.

-Eres muy gentil, mejor amigo.

-No hay de que amigo...

Me coloque para poder entrar en Sasuke, pero antes lo mire y me veía con una cara llena de amor y ternura, era la misma que me hacía justo antes de que se marchara de la aldea, cuando éramos felices, cuando él y yo hacíamos el amor cada noche y ahora no puedo creer que lo estemos haciendo de nuevo, no creí tener de nuevo esta oportunidad. Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi corazón palpitó muy rápido. Con una estocada, entre en Sasuke provocando que sacara unos leves gemidos.

-No... no llores Naruto...-Levante mi rostro y lo veía feliz -Me siento bien, me siento bien al sentirte conmigo, al hacer el amor contigo me siento bien.

Eso fue lo mejor que Sasuke me haya dicho en mucho tiempo, con un palpitar en mi corazón, termine de entrar en él, y trataba de contener sus gemidos de dolor y lo hacía exitosamente, pare por un momento para que se pudiera acostumbrar al intruso que estaba dentro.

-Puedes comenzar a moverte, estoy bien... -Su respiración entrecortada que poco a poco regularizaba y sus brazos rodeándome la espalda mostraban su relajación.

-¿Seguro? No quiero lastimarte.

-Seguro, comienza.

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