Academia de Vampiros

Prólogo

— ¿¡Cómo que mudarnos!? - mamá asiente mientras sigue revisando su teléfono.

— ¿Mudarnos, Elizabeth? Mudarse - corrige la muy descarada -. Se van de aquí.

— ¿A dónde si se puede saber?

— New York.

— Ah, no está tan le... - me paro al proceso las palabras dichas por mi progenitora - Perdona, ¿Dijiste que vamos a dónde? - respira, Elsa. No quemes nada. Rueda los ojos y responde con voz cansina.

— A New York, ya te dije.

— ¡¡¡Eso está a un día en avión!!!

— No me grites, Elizabeth. Yo debería gritarte a ti, no al revés.

— Está a un día en avión - repito entre dientes.

— Lo sé, por eso te anticipo con anticipación para que estés enterada y organizes tus cosas.

— Yo pensé que me ibas a anticipar con intoxicación - Iduna rueda los ojos y sigue concentrada en su teléfono. ¿Se consiguió un novio o qué?

Camino perezosamente a mi cuarto. Dentro de dos semanas veré este sitio vacío en su totalidad. Pensar en mi cuarto me lleva a pensar en mis amigos, ¿Qué voy a hacer sin ellos? ¿Cómo les digo que me voy? ¿Cómo me despido? ¿Y si mejor no me despido y me voy así no más? Eso estaría bien, pero sería bajo.

Un suspiro sale de mis labios al tirarme boca abajo en mi cama, quedando con los brazos abiertos y un poco más abajo de las rodillas fuera de la cama, colgando.

¿Cómo voy a vivir allá? ¿En dónde, mejor dicho? ¿Con quién? Aparte de Anna. ¿Estudiaré con las chicas?

...

¿Estudiaré con ellos?

Es lo más seguro.