Ella; ¿como en el planeta podía existir alguien igual?
Su mirada estaba completamente perdida por la ventana de aquella vieja cafetería a la que solía ir todas las tardes.
La camarera le tendió su macchiato y ella sonrió como muestra de agradecimiento.
Sus ojos bajaron vagamente a la bolsita de azúcar que se encontraba al lado de la taza y procedió a echarlo. A continuación sus gafas estaban completamente cubiertas en vaho. No había rastro de aquella mirada oscura.
Aparté mi mirada de ella, soy un completo demente. Cuando era pequeño mis padres me dijeron continuamente que no me quedara mirando a la gente demasiado, pero simplemente no puedo evitarlo, ella me cautiva, me fascina...
Un mechón de su media melena cae por su rostro, la cual se posa rápidamente sobre sus mejillas. Con un movimiento ágil se lo aparta de su cara y continua con su café.
Porque me siento tan débil cuando estoy a su alrededor, jamás me había pasado esto, pero, ¿como me puedo estar enamorando cuando sus ojos no me conocen? ¿cuando sus oídos no han oído mi voz? ¿cuando para ella solo soy una persona mas dentro de este mundo? o, ni siquiera existo para su ser.
Velozmente se pone de pie y paga su bebida, recoge su mochila y con paso ligero se dirige a la puerta. Mis ojos no se despegan de ella. Y en el mismo momento que abre la puerta, gira la cabeza encontrándose con mi mirada.
En ese segundo pude verla detalladamente: Labios de tamaño medio y entreabiertos, grandes ojos oscuros acompañados de largas pestañas y perfilados de unas cejas gruesas. Por no hablar de sus mejillas sonrosadas completamente cubiertas de pecas.
Y después, se marchó.
