Prólogo: salvaje

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Mientras más pienso, menos entiendo la vida, el simple hecho de existir había sido para mí una monotónica rutina constante que solo cambiaba durante los fines de semana aunque por si solos también eran aburridos y repetitivos puesto que se repetía lo mismo: sábados encerrado en casa, domingos en casa de mis abuelos encerrado sin hacer nada. Esa era mi vida, nada interesante, era un chico común que perdió sus amigos al entrar a secundaria puesto que fue el único en irse a otro lado, también el único de su salón al que todos atacaban y trataban como aquel niñato al cual joder sin saber siquiera cuán dura había sido mi corta vida soportando peleas tan estúpidas como su propia existencia.
Sin embargo... Absolutamente ningún destino se encuentra escrito y aquella mañana hace 3 años las cosas cambiaron.
-Él es Jason- Mencionó Dorian -un amigo mio de la secundaria- a la vez que me presentaba ante cuatro chicas.
Aquella era una mañana cualquiera, un 20 de junio y ahí estaban ellas frente a mí: Nina, una chica alta y de piel clara pero a la vez de mirada inocente y lentes negros, Lilian, una chica delgada y de piel morena con una actitud ligeramente arrogante, Flor, una chica de lentes blancos con pelo oscuro y piel ligeramente bronceada, y por último ella... Sekári, una chica de mi estatura, piel clara y pelo castaño, con mejillas tan grandes como una ardilla, ojos color ámbar dorado, una figura definida, piernas bien torneadas -más delgadas en las rodillas, no sé que era, e incluso hoy no sé aún qué es pero... Mis ojos no se despegaron de ella ni un segundo, tal vez era su mirada, tal vez era su pelo, tal vez era su voz, o su ternura, o su sonrisa, pero desde ese momento todo cambio.
-Hola- era lo más inteligente que se me ocurrió decir para no quedar como un idiota cuyo pensamiento fue anulado tras verle por primera vez.
-Hola- saludó ella con ese entusiasmo que le caracterizaba y comenzamos a hablar entre todos hasta que Dorian mencionó los videojuegos y con ello Sekari comenzó a hablar sobre ello. "Joder también le gustan los videojuegos" pensé comenzando a hablar con ella y mencionando como conocí a un youtuber español que en ese entonces había venido a nuestro país esperando que le conociese para sacar tema de conversación, y por suerte fue así.
Ese fue tan sólo el primer día, aquel que cambiaría por completo mi existencia misma, mi primer contacto con aquel majestuoso pegaso salvaje.

La balada del pegasoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora