1.- Inesperado.

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en multimedia André Miller

Voy entrando en el lobby de la editorial como cada día. Saludo a las tres chicas de información, ellas siempre tan monas y me subo al ascensor. Acto seguido marco el último piso, el número 8. Mientras espero llegar a mi destino repasó mentalmente algunas informaciones que debía darle a Clara para las tareas más importantes el día de hoy, mi asistente es mi mano derecha y mi gran apoyo. No sé qué haría sin ella

Las puertas se abren y me encamino al final del pasillo donde queda mi oficina. La única en este piso.

Mis pasos se ven detenidos por alguien, y suponiendo que se trata de Clara, me detengo y le digo sin ver y muy metida en mis asuntos

-Sígueme, tenemos trabajo atrasado que debemos resolver - y continuo caminando sin siquiera mirar.

Escucho a alguien aclararse la garganta y resulta ser un caballero que hasta ese momento no había notado. Y este me dice:

-Buen día. ¿Supongo es usted André Miller, la Editora en Jefe?

-¿Lo conozco?- Respondí algo sorprendida

-Sí, claro. Lo siento. Que poca delicadeza la mía. Soy Cristóbal Durán. El nuevo Editor en Jefe de Skype Book. Tenemos una reunión pautada para hoy martes a primera hora de la mañana.

-¡Oh! No sabía que Skype Book tenía nuevo editor - dije realmente sorprendida por la nueva noticia, él con un gesto y una agradable sonrisa se señaló a sí mismo y afirmó - siendo así, por favor sígame. Debe de haber ocurrido un error de comunicación, nada que no podamos resolver. Ubicaré a mi asistente y lo arreglarnos de inmediato.

Nos encaminamos a mi oficina, no veía a Clara por ningún lado. ¿Dónde puede estar metida esta chica, y como ha dejado solo al caballero?

-Por favor espere un momento. Enseguida lo atiendo, tome asiento. ¿Se le apetece alguna bebida?

-Ya la he pedido a su asistente, supongo. Por supuesto esperaré, gracias.

Afirmé con un gesto y giré hacia donde se supone debería estar Clara, pero definitivamente no habían señales de ella. Una vez en mi oficina y tras cerrar la puerta, dejé mi bolso en el pequeño closet y me encaminé a mi escritorio. Sentándome, revisé que no tuviera apuntada esta reunión y que por alguna muy ínfima posibilidad la hubiese olvidado. Pero no tenía nada parecido a esta reunión agendado. Marco una vez más a Clara y bingo; contesta.

-Buen día jefa, dígame.

-Por dios mujer ¿qué te habías hecho?

-Estaba buscando un café al caballero que la espera. Me sorprende jefa. No está agendado pero él me informó que la reunión había sido coordinada.

-Si, a mí me dijo lo mismo. Pero no tenía idea. Ya está acá, ni modo. Veremos que quiere. Ven con los contratos foráneos y tráeme un moca por favor.

-Enseguida jefa.

Revisé algunas cosas, dando tiempo a que me trajeran mi bebida y que él terminará la suya. Adelantaba lo que podía mientras tanto. Cuando Clara entró trayendo lo solicitado por mí, le pregunté.

-¿Entonces, no sabías nada? - pregunta que acompañé con un gesto de mi cara negando.

-No jefa, nada. Pero esta hermoso ese hombre ¿verdad?

Existía suficiente confianza en el año y medio que tenía trabajando eficaz y eficientemente para mí, como para que ella se tomara el atrevimiento de hacer tal comentario, yo sonreí y contesté:

-El problema con eso es que él lo sabe. Y ya conocemos como son esos tipos. Terminemos con esto de una vez, hazlo pasar al salir. ¡Ah! Y por cierto me alegra ver que el vestido que te regalé te queda a la perfección. Qué bueno.

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