Capítulo Veintitres

80 3 0
                                    

-¿Quieres que te prepare el desayuno, monstruo? - Pregunta mirándome con ternura

-No te levantes-Digo abrazandolo

-Claro-Dice abrazándome- ¿Te encuentras ya mejor?

-Sip. Solo estoy algo mareada.

-¿No era sólo una excusa para quedarte conmigo?

-Digamos que esa es una ventaja

Él besa mi frente y me abraza.

-Vamos a dormir un rato, a lo mejor te viene bien monstruo

-Vale energúmeno

Mis ojos pesan y el dolor de cabeza que taladra mi cabeza se va evaporando hasta que dejo de sentir y me duermo.

-Buenos días monstruo--escucho susurrar a Scott en mi oido

-Buenos días - digo con voz ronca por haber dormido mucho

-¿ya estas mejor? - Pregunta acariciando mi cabello

-Si-Digo acercándome a él - ¿Esta es tú manera de darme los buenos días?- Digo cerrando el espacio entre nosotros

El beso es lento y me permito disfrutarlo como no lo había hecho, él se separa y da una bocanada de aire y vuelve a besarme, no puedo evitarlo y me río, él Sonríe sobre mis labios y besa mi nariz

-¿Qué te hace gracia, monstruo? - Pregunta confundido

-Parece que fueras a nadar--Digo riéndome

-Pirici qi firis i nidir- Dice burlándose

Doy un beso corto en sus labios y me levanto, él me abraza por la cintura

-¿Dónde vas?

-Abajo, a por algo de comer, me muero de hambre

-Yo también--Dice con picardia aferrándose a mi cintura

Siento mis mejilla arder y él Sonríe con ternura

-Eres tonto-Digo golpeando cariñosamente su hombro e intento levantarme

-Monstruo solo bromeaba-Enarco una ceja y él Sonríe - Más o menos

Mis mejillas se encienden más y me levanto.

-Voy a desayunar - Digo casi corriendo por las escaleras

Escucho su risa hacer eco por toda la casa y sonrió. Llego a la cocina y encuentro unas tortitas del día anterior, estoy apunto de meterlas en el microondas cuando siento como Scott me abraza por detrás.

-¿Qué hay para desayunar, monstruo?- Pregunta en mi oido

Me recorre un escalofrío y se me eriza la piel

-Tortitas de anoche, energúmeno. ¿Quieres que prepare algo?

-¿Eres capaz de no quemar la cocina en el intento?

Golpeó con fuerza su mano y él se queja

-Nop-Digo sonriendo-¿Quieres cocinar tú?

-Por ti lo hago.-Suelta su agarre y se para frente a la nevera-¿Qué quieres, comer?

Sonrió con ternura y caigo en cuenta de que no lleva camiseta e inconscientemente muerdo mis labios, él se da cuenta y sonrie con picardia.

-Deberías ponerte un delantal-Digo seria, mientras me dirijo hacia los delantales y le hato uno- ahora podremos concentrarnos

Él Sonríe

-¿Podremos? - Dice enmarcando una ceja, camina hacia al salón y toma una manta, cuando regresa me la pone encima

¡Te quiero monstruo !Donde viven las historias. Descúbrelo ahora