LA NOCHES DE LOS LIOS

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aquel dia, nada mas hacerse de dia, asomaron a lo lejos treinta o cuarenta molinos de viento.

haci qeu don quijote dijo: ! ya tenemos nuestra primera aventura,amigo sancho! ¿ves aquellos gigantes tan fieros? pues pienso luchar con ellos hasta darles muerte para qeu dejen de hacer maldades.

'¿que gigantes? respondio sancho

aquellos qeu se ve alli a los lejos.¿no ves lo largos que tienen los brazos

a lo qeu sancho respondio: eso no son gigantes, sino molinos de vineto, y lo que parecen brazon son las aspas.y es que como don quijote esta loco de atar porque todo lo qeu veia se parecia igual a lo que avia leido en los libros de caballeria. confunfia los puercos con deagones, las fregonas con princesas. las posadas con enormes castillos y los molinos de viento con gigantes de tomo y lomo. sacho le repitia una y mil veces que se veia a lo lejos eran molinos, pero creeis qeu su amo le hizo caso?

! Ya veo que tenis miedo! Exclamo don quijote!

Pero no temas que este combate es cosa mía.

Y, sin añadir nada mas, echo a cabalgar a toda prisa, apuntando con la lanza a los gigantes de su imaginación

¡Que son molinos señor! Gritaba sancho

Pero su amo ya no podía oírle. Como el viento movía las aspas de los molinos, don quijote decía con mucha valentía

¡Moved los brazos todo lo que queréis, que no os tengo miedo!

Pero, cuando llego al primer molino y le clavo la lanza en el aspa, el golpe fue tan fuerte que don quijote y rocinante cayeron rodando por el suelo en medio de una gran polvareda. El poblé caballero vio las estrellas y sé que más blanco que un fantasma. Es esto, llego sancho gritando:

A lo que respondió don quijote

Calla, amigo que todo esto fue culpa del mago freston. El otro día se llevó mis libros por los aires y ahora ha transformado los gigantes en molinos para verme rodar por el suelo. Pero juro por mi dulcinea que ese brujo maldito pagara muy caro todo el mal que me está haciendo.

Durante todo aquel día, don quijote viajo inclinado sobre la cabeza de su caballo, porque los huesos le dolían tanto que no podía enderezarse. Al atardecer, asomo junto al camino una venta, que era el lugar donde se alojaban los viajeros y entonces dijo sancho:

Alegrases, señor, que por allí abajo se ve una venta.

Don quijote alzo la cabeza, miro a lo lejos y respondió:

Eso no es una venta, sino un castillo

Le digo, le digo señor, que es una venta

¡Es un castillo!

¡Es una venta!

¡Un castillo!

Y así se pasaron un buen rato, sin que don quijote ni sancho dieran su brazo a torcer. Cuando llegaron a la venta, la encontraron llena a rebosar, pero el ventero les puso un par de camas en un pajar para que pudieran pasar la noche. Antes de acostarse, sancho se bebió media bota de vino, con lo que se quedó dormido en un santiamén. En cambio, don quijote se mantuvo despierto mucho rato, pues le había dado por pensar que en aquel castillo vivía una hermosa princesa

Seguro que se ha enamorado de mí al verme llegado, se decía y esta noche vendrá a confesarme su amor. Pero yo no puedo corresponderle, porque mi corazón es de dulcinea.

Y Así, piensa que te piensa más de 3 horas con los ojos abiertos como una liebre.

De pronto, a eso de la medianoche, se oyeron unos pasos en la puerta del pajar, y entonces don quijote dijo: ¡ay dios mío! ¡Ya

ERASE UNA VEZ DON QUIJOTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora